-Sr. Perro, Sra. Vaca, Sr. Pato con Gorra, Sr. Bicho Morado, Sr. Cocodrilo, Sr. Osito Azul…
Así iba yo pasando lista antes de empezar la última prueba, la de los puffs con respaldo, procurando ponerme firme desde el principio y evitar desmanes como en la prueba anterior. A resultas de ella el pobre Sr. Caballo Fucsia, desquiciado, dimitió de su cargo de Presidente de la J.O.P.E., y de su comunicado nunca más se supo… (si lo encontramos algún día lo publicaremos, lo juro).
Así que para poner orden tuve que ponerme duro:
-Al que se desmande, le mando a la trastienda.
-¡A la trastienda no…! -dijo el Sr. Osito Azul, temblando. -allí hay bichos…
-Sí, claro que hay bichos. Está tu primo, el Oso Soso, no te fastidia. -terció el Sr. Cocodrilo, que estaba recibiendo un masaje tonificador del Sr. Bicho Morado en un Puff respaldo.
Huy, huy, huy, que esto se me lía otra vez… pensé.
-Refrene sus impulsos o le pongo a precio de liquidación -le amenacé al Sr. Cocodrilo. -A ver, Sr. Pato con Gorra y Sra. Vaca, ya que les veo tan en amor y compañía en el puff respaldo pequeño, ¿cuáles son sus impresiones?
-… y yo a tí también, mi Churri… -le estaba diciendo la Sra. Vaca al Sr. Pato con Gorra, mientras le hacía ojitos. Y, al verse sorprendida, nerviosa, contestó: -¡No es lo que parece, lo juro. El Sr. Pato con Gorra y yo sólo somos buenos amigos! Que luego hablan en Sálvame, y…
-Sra. Vaca:-atajé -estamos aquí para hablar de los Puffs de respaldo, empezando por ese pequeño bicolor tan mono en el que tiene puestas las ubres. Así que, al grano. ¿Qué me cuenta?
-Pues que es monísimo. Es el tamaño perfecto para el niño y la niña. Puede ser bicolor, con los colores combinados a elección del cliente, o de un color solo, a elegir entre una amplísima gama. De polipiel, lavables, rellenables, y, como sus hermanos mayores el Puff respaldo grande y el Puff relax, mantienen la forma al sentarse, y son tan cómodos que me estaría aqui con el Sr. Pato con Gorra hasta que la muerte nos separe… ¿verdad, Churri? -y continuó con los arrumacos al Sr. Pato con Gorra.
-Debo decir, desde el respeto a mis blanditos congéneres, que esas muestras de promiscuidad deberían ser censuradas en este blog tan serio -afirmó, rotundo el Sr. Perro, haciendo equilibrios en la cima de un puff respaldo. -¿No estamos en horario infantil? Y lo digo desde el respeto, conste.
-Y sobre el puff respaldo grande, -continuó- ¿cómo expresar con palabras adecuadas la magnificencia de tan impresionante sillón, capaz para ofrecer un cómodo asiento a un adulto, que nos decora una habitación y nos da el uso equivalente a una butaca ocho veces más cara? Mi expresividad palicede ante las cualidades de tan eximio mueble y….
-Bueno, bueno -corté yo. -Vale que no os desmandéis, pero tampoco hace falta que me hagáis tanto la pelota. Ya veo que os gustan los puffs. Y del relax, ¿qué me decís?
-Que vale para siete plazas -dijo el Sr. Osito Azul.
-¡No te j***! Eso si mides treinta centímetros, como tú -replicó el Sr. Cocodrilo. -Si hablamos de seres humanos, para uno es fantástico, y para dos, si se juntan… bueno, igual me lo censuran.
-Sr. Cocodrilo, ¿ha comido hoy su antílope? Le noto algo tenso. -dije yo. -Pero ya que lo menciona, ese Puff no se llama relax por casualidad. Efectivamente, uno puede tumbarse, y mientras descansa, dejarse llevar por la molicie y hacer volar la imaginación hacia lejanas fronteras, y…
-¡Buhhhhhh! -corearon todos, al unísono -¡Ya salió el poeta! ¡Fuera, fuera…!
Vaya. Cría peluches para esto. No, si un día los rebajo, y van a ver…
Pero entre tanto nos han servido para enseñaros nuestros puffs, que como habréis visto, son preciosos, cómodos, baratos, lavables, decorativos… y ya veis que no lo hemos dicho nosotros, sino ellos…
No nos queda más que agradecer al 100×100 el suministro de este esforzado equipo de pruebas, y devolverles los peluches. ¡Que no les pase nada!
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