Hola, amigos: hoy le hemos pedido a Coco, que ya nos ha visitado en alguna ocasión, que nos explique la diferencia entre blando y duro.
—Proceda, Sr. Coco.
—Con mucho gusto. Pues veréis, amigos. Lo blando es aquello en lo que te puedes hundir, como la tripa de Falete, y lo duro es aquello que te deja hematomas, como el canto de una puerta cuando te estampas de narices contra ella.
—Ya. Muy descriptivo está hoy, Sr. Coco.
—Ya ves. Es que para eso me pagan. Por que me van a pagar, ¿no?
—Esteeee… pueeesss… ahora que lo menciona… no. Es que creíamos que lo hacía por amor al arte.
—¿Amor al arte? ¡Ja! ¿Y cómo quieres que pague la hipoteca? Por eso me metí en el sindicato de muñecos peludos. Porque si no, no ves un duro.
—Vaya, pues cómo está la cosa. Hablando de duros, nos estamos desviando del tema…
—Pues al grano. Duro es como cuando llegas de vacaciones y empiezas a trabajar, y blando es como cuando te tomas unas natillas tumbado en una cama de agua.
—Ya lo voy pillando. Y… ¿a qué venía todo esto de blando y duro?
—¡Ay, que tengo que estar yo en todo! Porque estamos presentando las nuevas bandejas acolchadas de latiendawapa. Son duras por arriba, para que puedas poner el desayuno, el ordenador o los libros para estudiar y blandas por abajo para que las puedas acomodar en las piernas y en las rodillas a la medida. ¿Nos centramos?
—Ehhh… sí, Sr. Coco. Disculpe.
—Ya. Pues también tendré que decir yo que ya están disponibles haciendo clic en estas letritas de colores subrayadas. Y acabo ya, que tengo reunión del Sindicato. Tenemos que negociar el plus de pienso para la Jaca Paca.
—Ya. Pues muchas gracias, Sr. Coco, y que arregle lo del pienso, no sea que la Jaca pase hambre.
—¡Qué va! Si el pienso me lo como yo. A ella le gustan las galletas.
Mejor lo dejamos aquí… y si queréis una bandeja dura por arriba y blanda por abajo, ya sabes donde las tienes.
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