¡Ay quién fuera anguila! Nos escurriríamos de todas las formas posibles y no nos haría falta nuestro producto de hoy: estos fantásticos escurreplatos de cuerpo metálico y base plástica, que son uno de vuestros productos favoritos, y eso que no les habíamos dedicado mucho tiempo en el blog.
Así que hemos decidido dedicarles este post y además, estamos tan convencidos de su calidad, que les hemos sometido a una exigente batería de pruebas. Veamos los resultados:
- En primer lugar aprovechamos las obras del asfaltado para ver si resistían el paso de una apisonadora. Y… mejor no os contamos el resultado, por si hay niños leyendo.
- Pero no nos dimos por vencidos y los metimos dentro del horno de una acería para comprobar la resistencia al calor. Desgraciadamente, al llegar a los 1000 grados ya los habíamos perdido de vista. Vaya. Otro contratiempo.
- Inasequibles al desaliento, tomamos un escurreplatos y lo arrojamos a la hora del recreo en el patio de un colegio lleno de angelitos de seis años. ¿El resultado? Estooo… ¿habéis visto esos documentales de marabuntas de hormigas que arrasan todo a su paso? Ejem…
- Pero nos quedaba el último recurso: les encargamos a los de Cazadores de Mitos que los metieran en alguna de esas explosiones que tanto les gustan… y nos mandaron por correo un cachito de lo que quedó de uno de ellos. RIP.
En fin, no siempre se gana. Así que ya lo veis: estos escurreplatos no son aptos para apisonadoras, altos hornos, explosiones ni patios de colegio.
Eso sí, en vuestra cocina quedará de muerte y escurrirá los platos mejor que nadie. Pinchando aquí podéis ir al departamento de la tienda en donde los podéis encontrar.