Por alguna extraña razón los felpudos han sido siempre unos grandes olvidados. Les pasa como a los comerciales de las compañías eléctricas: están condenados a estar a punto de entrar en casa pero a quedarse siempre fuera. Y también, como los balones de fútbol, están destinados a recibir golpes e inmundicias de nuestros pies.
Y por si no fuera suficiente, hasta ahora los felpudos siempre se han hecho de color culo de mosca, como si estuvieran ahí para que no se vieran, como pidiendo perdón.
Por eso tu puerta, que al fin y al cabo se pasa la vida con ellos, aunque no la escuches, te está diciendo ¡basta de felpudos más aburridos que una reunión de la comunidad de vecinos!
Te está pidiendo a gritos un felpudo distinto, alegre, colorido, con mensaje. Como los nuevos felpudos que acaban de aterrizar en latiendawapa.
Un felpudo, por ejemplo, en el que te puedas sentir como el Dr. Maligno: con el mundo a tus pies. O que te recuerde a cierta familia televisiva llena de personajes amarillos (no, japoneses no, sino de Springfield). O como aquel otro que tiene más búhos que heroínas hay en Juego de Tronos…
Y tantos otros que están en el departamento de felpudos de la tienda. ¡Cualquier cosa menos tener un felpudo aburrido! Para eso ya están los comerciales de las eléctricas.