Contigo al Polo Norte. O al Ecuador.

Cuando a un bote le llaman Igloo… es por algo.

Y así se llaman estos botes de cristal todoterreno de los que os hablamos hoy, aunque podrían llamarse también Volcán, porque les pasa como a algunos ministros: su vocación es meterse en todos los líos posibles y pasar del frío al calor y del calor al frío.

Del polo al ecuador, vamos. Porque estos botes herméticos de cristal lo aguantan todo. Son como la navaja suiza, pero en bote. Si los hubiera tenido MacGiver hubiera podido tirar el chicle y el mechero, porque con estos botes podría haber hecho cualquier cosa. Botes para congelador y horno

Pueden estar en el congelador a más grados bajo cero que la economía europea, para pasar a continuación tan ricamente al microondas y ponerse más calientes que el último vídeo de Miley Cyrus.

Es como si un pingüino se fuera a pasar las noches a una fragua o como si una iguana se metiera en el congelador para ponerse el cutis más terso.

Así son estos botes. Si fueran al médico les diagnosticaría trastorno bipolar, como mínimo, pero lo que a nosotros nos importa es que nos resultan más útiles que un cable de alta tensión a una bandada de aves migratorias.

Son de esas cosas a las que no concedes importancia porque son cotidianas y pasan desapercibidas, pero a las que no puedes renunciar, como los anuncios de teletienda.

Por eso hoy les rendimos homenaje, a estos estupendos, prácticos y humildes botes de congelación y microondas Igloo.Botes de cristal Igloo