—Mmmmhh… veo que hoy nos traen otra alfombra al blog.
—¡Vaya! Veo que se ha dado cuenta, señor lector. Pues efectivamente. Es la nueva alfombra de bambú e hilo trenzado modelo Cuba. Bonita, eh?
—Pues la verdad es que sí. Y como se trata de otra de esas alfombras con nombres de países americanos del Caribe, ahora contarán una historia graciosa sobre tomarse un daikiri debajo de un cocotero, ¿no?
—Le noto un poco sarcástico. Pues no: esta vez no vamos a hacer chistes con daikiris y cocoteros. Esta vez nos hemos quedado aquí y para ponernos en situación nos hemos tomado unos cuba-libres en el almacén, pero nada más.
—Ya. Y supongo que cuantos más cubas libres más les gustaba la alfombra, ¿no?
—Pues… la verdad es que sí. ¡Caramba! ¿Cómo lo ha sabido?
—Nada, unos cuantos cubatas que me he tomado yo también. Pero bueno, pues ya que estamos vamos al grano y cuéntenme algo sobre la alfombra.
—Ahí me ha dado. Porque cuando me pongo a contar sobre esta alfombra, es que no paro. A ver: se trata de una alfombra de bambú de lámina estrecha, ligera y flexible, con reverso antideslizante y trenzado de hilo de varios colores que…
—Bla, bla, bla. Sí, eso ya lo sabemos de sus hermanas de gama, porque son todas parecidas. Cuénteme algo que no sepa.
—Pues sí, es parecida a sus hermanas, pero también es distinta. Es como el arroz con leche y el arroz con calamares: la base es la misma pero el resultado es muy distinto.
—Ya. Visto así…
—Pues claro. Es como una familia o los miembros de un partido político: todos se parecen pero nunca están de acuerdo. Por ejemplo: esta alfombra en relación a las otras de la gama, es más de hacer cuadros.
—Ya. Como Dalí.
—Como si dijéramos. Y también es más de combinar láminas en tonos negros y naturales, para con seguir ese efecto cruzado que le da variedad. Por eso tiene tanta vida y carácter.
—Ya veo que la alfombra no necesita abuela. ¿Sabe que me está convenciendo? Y si quiero ver más detalles ¿en dónde los veo?
—Esa sí que es fácil: aquí, en la tienda.
—Pues para allí me voy. Y no beban tantos cubatas.
—No, tranquilo, sólo era por el atrezzo.
Pues no nos queda más que agracecer a nuestro lector la ayuda: ahora ya sabemos un poco más sobre nuestra alfombra de bambú cubana. Y si también os gusta la podéis ver allí, en las letras subrayadas de antes.