Esta foto se llama «Lunch atop a skycraper» y fue tomada en 1932, en Nueva York, durante la construcción de un rascacielos (no el Empire State, por cierto). Los que tengáis curiosidad por la historia de la foto podéis consultar la wiki.
En castellano la conocemos como «Desayuno en el rascacielos», «Obreros en el rascacielos», o simplemente «la foto esa en que están colgados de una viga mientras comen, los tíos, qué hu****.»
Da igual cómo lo llames. El hecho es que has visto esta foto miles de veces, pero te sigue fascinando igual.
Porque en la vida hay cosas que por buenas que sean te acaban repitiendo, como los callos: no importa lo ricos que estén, te pasas el resto de la tarde hablando con ellos.
Pero a la inversa, hay cosas que por más que se repitan nunca te cansan. Como la sensación de acostarte con sábanas nuevas, el olor a tostadas por la mañana o la expectación antes de un buen partido o una buena película.
Pues con esta foto es así. Cada vez que la ves te vuelve a gustar. Por algo se ha convertido en un icono del siglo XX. Por el blanco y negro. Por Nueva York. Por la expresión de sus caras. Por que nos recuerda una época ya pasada. Por lo que sea. De hecho se han hecho infinidad de parodias e imitaciones (mirad como ejemplo esta con los clics de Famóbil).
El caso es que hace mucho tiempo que este cuadro es uno de los best-sellers de la tienda en distintos formatos, y ahora a petición popular la hemos colgado en la web como cuadro de gran formato: el desayuno en el rascacielos en un lienzo tamaño XXL de 150×100 cms.
Nada menos que a tamaño de metro y medio de ancho por metro de alto, y no como póster, sino como cuadro, con un lienzo de tela fotoimpreso aparejado sobre un gran armazón de madera de 3,5 cms. de grosor.
Para que llenes la pared con un icono de la fotografía del siglo XX.