Seguramente al ver este nuevo reloj de cocina que viene lleno de cubiertos y en cuatro colores para elegir no sabrás por cuál decidirte y querrás tenerlos todos. Y es natural, con lo bonitos que son. Pues no tengas problema: tu cocina tiene cuatro paredes precisamente para que puedas colocar estos cuatro relojes. Uno por pared.
Claro que en algunos casos no es tan fácil. Por ejemplo, si eres Bárcenas, sólo tienes tres paredes, porque la otra es de barrotes.
Y si eres esquimal, sólo tienes una pared, redonda y de hielo. Y además te da igual qué hora sea, porque o bien siempre es de día, o siempre de noche y hace un frío que pela.
También puede ser que vivas en el Pentágono y entonces tenemos un lío, porque hay cinco paredes. Así que o falta un reloj o sobra una pared. Que ya son ganas de complicar.
Pero en todos los demás casos, sirven.
Poner cuatro relojes tiene la ventaja de que puedes poner en uno la hora de verdad, en otro la de Tegucigalpa, que tampoco es que te haga falta saberla, pero mola, y en los otros dos las horas cambiadas para engañar a la peña. Así se levantarán a deshora, harán el desayuno por la tarde y la cena a la hora del bocata.
Aunque si eres de gustos más clásicos y prefieres poner los relojes de a uno, no hay problema. Simplemente eliges el que más te guste, lo cuelgas en la cocina, y listo. Y a ver la hora con estilo. Que para eso son.
Mientras no se agoten, puedes ver estos y otros relojes en latiendawapa.