Bueno; realmente es una pregunta retórica, porque ya os hemos dado la brasa con los puffs arcón plegables.
Pero como somos impenitentes y recalcitrantes hoy os seguimos hablando de puffs arcón plegables, porque la familia crece y se extiende más que el sumario de Urdangarín.
Ya sabéis que hay varios tipos: por ejemplo, los tenéis en colores lisos, de rollo tranquilo, como esas novelas de Jane Austen en las que vas en la página 800 y todavía no ha ocurrido nada.
Luego tenemos los que rinden su tributo a esa nueva religión, el buhísmo, de que tanto os hemos hablado. Y también los hay con estampados diversos y alegres como una mañana en el parque.
Sea como sea, con esta serie de puffs arcón plegables acertarás seguro, elijas el que elijas. Sin posibilidad de error. Que para errores, ya cometiste el de comprarle el tambor al niño. O no darte cuenta de que el pastel de la abuela no llevaba a la abuela como ingrediente.
Son cómodos, porque tienen un asiento mullido y resistente. Prácticos, porque guardas en ellos mil y un cachivaches (la familia no cuenta como cachivache). Pleglables, porque se pliegan, claro. Y decorativos, porque… esto… bueno, a la vista está.
Si visitáis nuestro departamento de puffs encontraréis muchos de estos, junto a nuestros puffs blanditos de toda la vida. Y a elegir toca.