La Cenicienta de las alfombras (sin zapato de cristal)

Groucho Marx contaba que partiendo de la nada había escalado hasta las más altas cotas de la miseria.

Y no es el único gran ascenso de la historia: también puedes pasar de presentar el Telediario a ser Reina, o casarte con un torero para acabar siendo Princesa de la tele.

La historia de nuestra alfombra Argola de algodón es parecida, aunque más bien tirando al cuento de la Cenicienta. Pero sin zapatito de cristal.

Veréis: si esta alfombra fuera a los bailes de la alta sociedad las alfombras más estiradas la verían por encima del hombro, como en Arriba y Abajo los de arriba miraban a los de abajo.

HaDetalle de la alfombrasta que al sonar las 12 y ya sin disfraces, los Príncipes Encantadores se darían cuenta de que la más guapa de la fiesta no siempre es la que parece…

Porque esta es una alfombra sencilla, rústica y trotona pero está llena de vida, color y de energía. Y aunque parezca más discreta que Andrés Iniesta, es más alegre que una fiesta rociera y más agradecida que el perrito de Scottex.

Si esta alfombra fuera actriz no sería Scarlett Johansson, sino Carmen Machi. Y si fuera coche no sería un Aston Martin, sino un Buggy.

Porque está hecha para durar y resistir en tus habitaciones toda la vida que le quieras echar encima. Porque no se preocupa de las apariencias, sino de la realidad Y porque con su resistente trenzado de algodón no solamente lo aguanta todo, sino que además queda aun más bonita cada vez que la lavas, una y otra vez.

Llega con nueva gama de colores, un precio de risa, y está disponible en tamaño grande y también en medida más pequeña para los lados de la cama, o para la cocina, o para el baño. Podéis consultarla aquí, en la tienda online.

Y mientras, pinchar en las fotos para ampliarlas y ver la presentación.