El verano es una época propicia para encontrar pareja. Lo malo es que no siempre encontramos la pareja perfecta, especialmente cuando estamos en la disco, llevamos ocho cubatas y algo más y está amaneciendo. Lo mejor es que en estos casos después no nos acordamos de nada. Afortunadamente.
Por eso necesitamos parejas estables y bien avenidas, y si el otro día os hablábamos de las alfombras y los puffs hoy os venimos con las alfombras de rayas y los suelos, que también forman una combinación estupenda.
Sí; al principio suena como una mezcla un poco rara, como una peli romántica con Javier Cámara y Scarlett Johansson, pero cuando lo piensas bien es más como el primer sorbo de la tónica: de entrada te cuesta un poco pero luego todo va rodado.
Estas alfombras de rayas son de bambú y traen la alegría y el carácter incorporado en sus genes. Para que entendáis como son, es como si un código de barras se hubiera pillado un viaje lisérgico que ya quisiera el gato de Alicia en el País de las Maravillas.
Son alfombras de contrastes, con personalidad y ganas de destacar, hechas para lucir y lucirse. Son alfombras que te miran a los ojos y te dicen: «¡eh, que estoy aquí! ¡alégrate conmigo!». Por tanto, no son indicadas para gente que se viste de gris, registradores de la propiedad y personas malhumoradas. Quedáis avisados.
Estas alfombras son una alternativa perfecta para conseguir ambientes luminosos y llenos de color. Además poseen la calidez y naturalidad de la madera, además de la higiene y facilidad de limpieza propias de las alfombras de bambú.
Todo este alegre despliegue de carácter y color lo tenéis disponible, como siempre, en el departamento de alfombras de la tienda, donde podréis ver todas las medidas, colores y precios disponibles, pinchando aquí abajo:
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