Os preguntaréis que tienen que ver nuestra serie de armarios y zapateros portátiles con el infinito. Muy sencillo. En este mundo hay cosas infinitas, como la paciencia de una madre, y cosas finitas, como el papel de aluminio.
Y entre las cosas infinitas de este mundo se cuenta el desorden que acumulamos en nuestras habitaciones. El desorden es como un monstruo que nace pequeñito, como Idefix, pero que crece y crece hasta hacerse más grande que la barriga de Obelix.
Es un problema más antiguo que el teletexto, y por eso requiere soluciones modernas, como nuestra colección de armarios y zapateros auxiliares.
Son armarios portátiles, ligeros, sólidos y resistentes, que se montan sin tornillos en menos tiempo del que Mariló tarda en meter la pata en un directo.
Y llegan con diversos formatos: roperos con barra superior, con cajones, con estantes, tipo zapatero, con puertas de cortinilla o batientes… ya veis que vienen con más variedad que tipos de queso hay en una tienda gourmet.
A estos armarios no les pidas una decoración versallesca, porque se ponen nerviosos. No es lo suyo. Para entendernos, eso es como pedirle a Santiago Segura que haga un papel en una peli de arte y ensayo.
No. Lo suyo es remangarse y trabajar en segunda fila, haciendo el trabajo sucio, como los dobles de las películas, pero con la ventaja de que mantienen una estética mucho más que digna, de modo que no tendrás que esconderlos cuando llegue tu suegra.
Al contrario: podrás enseñarle cómo has resuelto tus problemas de ordenación por cuatro perras (procura que no se te note demasiado la sonrisa de satisfacción.)
Esta serie de armarios está esperándote en nuestra tienda.