Por qué cuando tienes alfombras lavables ya no quieres otras

Las alfombras lavables han llegado a este planeta para hacerte la vida más fácil. Y no han llegado del futuro como la lejía, sino que ya habitan entre nosotros y están a tu disposición para vestir tus suelos.

El mantenimiento y limpieza de las alfombras es uno de los quebraderos de cabeza de cualquier decoración. Hasta el punto de que lo único más fastidioso que limpiar alfombras es que se te estropee la caldera del agua caliente en víspera de puente. (Actualización: tienes en otro post información más detallada sobre alfombras lavables).

Y el problema es que hay alfombras que por muy bonitas que sean tienen la particularidad de atraer todas las partículas de polvo existentes en un radio de 5 parsecs, con la misma facilidad que un concierto de Justin Bieber atrae todas las quinceañeras de la comarca.

El resultado es que más que suciedad, en la alfombra se acaba formando un ecosistema que ríete tú del delta de Okavango. Y para limpiarla tienes que acabar llamando a una brigada forestal, o lo que es casi peor, llevarla a la tintorería.

Alfombra de vinilo gris

Las alfombras lavables te hacen la vida más fácil

Por eso es importante tener alfombras lavables, o que se mantengan limpias con facilidad; porque te hacen la vida más relajada que escuchar la discografía completa de Leonard Cohen.

Así que adiós tintorerías, hola tranquilidad. De hecho, las alfombras lavables hacen que tus alfombras sean la solución en lugar del problema.

¿Y cómo lo hago? Te preguntarás. Es que parece que es un secreto tener alfombras en casa que se mantengan limpias con el mínimo esfuerzo.

Pues no lo es en absoluto. Un secreto es por ejemplo la fórmula de la Coca-Cola o el algoritmo de Google. En cambio, saber vestir tus suelos con alfombras fáciles de limpiar es un asunto del dominio público, como las intimidades de los concursantes de Gran Hermano.

Por eso vamos a repasar algunos de los tipos de alfombras lavables que más te van a ayudar a vestir tus suelos con elegancia y poco trabajo.

Alfombra natural y económica

Alfombras de algodón: lavadora y listo

Para ambientes informales, habitaciones de peques o estudiantes, o incluso para decoraciones serias de estilo ecléctico y urbano, las alfombras finas de algodón son una solución perfecta: alegre, decorativa y muy natural.

Su cuidado es tan sencillo como que cuando la veas un poco sucia, ¡zas! a la lavadora. Y otra vez como nueva. Y como son más resistentes al trote y al uso que el peinado de Donald Trump, las lavarás una y otra vez, y antes te cansarás tú de la alfombra que ella de tí.

Alfombra PVC gris

Alfombras de vinilo: fregona y mucha caña

Sobre la facilidad de limpieza de las alfombras de vinilo o PVC diremos que si los pecados del mundo se limpiaran con la misma facilidad que estas alfombras, el infierno estaría vacío.

Para empezar, las alfombras vinílicas apenas se ensucian, porque son tan finas y lisas que no tienen recovecos que almacenen polvo.

Y con su sobrehumana resistencia las puedes limpiar virtualmente con cualquier cosa: aguantan aspiradoras, escobones de jardín, paños húmedos, fregonas, tanques de infantería y reposiciones de Verano Azul sin inmutarse.

Les puedes someter al tercer grado, que no confesarán. Sencillamente, no existe alfombra más fácil de limpiar en este mundo, incluida la galaxia Andrómeda.

Alfombra de madera gris y blanca

Alfombras de bambú: escoba, aspirador o paño húmedo

Mucho de lo dicho sobre las alfombras de vinilo es de aplicación a las de bambú: por mucho que lo intenten no pueden acumular polvo, del mismo modo que por mucho que lo intentara, Punset no podría presentar Sálvame. Simplemente, es imposible.

Con esta ventaja, limpiar alfombras de madera con aspirador, mopa o fregona es coser y cantar. Se limpian igual que un parqué. De hecho, el término técnico para describir su método de limpieza es “en un plis-plás”, pero no queríamos parecer pedantes.

El hecho es que cuando te has acostumbrado a tener en tu casa alfombras lavables ya no querrás otras. Por muy bonitas que sean.

Y si además resulta que estos tipos de alfombras de los que te hablamos son tan baratas que el día que te canses de ellas no te va a pesar en absuloto cambiarlas, entonces lo tienes claro: decoración, utilidad y tranquilidad en la misma pieza.

Que no andamos para tintorerías.