Aunque tú no lo sepas, posiblemente muchas de tus próximas alfombras serán alfombras de vinilo, sintéticas o de PVC.
¿Y cómo es que aún no lo sé?
Porque todavía no las conoces bien. Pero las alfombras de vinilo son como un cachorrito en el escaparate de una tienda de mascotas: lo ves, lo quieres.
Son como esa persona que conoces poco, pero viene un día a comer, te enamoras y al final se queda a vivir.
Entonces, explícame en dos palabras qué tengo que saber de ellas.
Pues que a las alfombras vinílicas les está pasando como a los primeros concursantes de Operación Triunfo: en muy poco tiempo pasaron de ser unos perfectos desconocidos a ser mainstream.
¿Y eso por qué?
Porque ya no son un tipo de alfombra marginal y desconocido sino que son ya alfombras universales, para todo uso y para cualquier decoración. Las alfombras vinílicas son la Operación Triunfo de tus suelos, para que me entiendas.
Porque se han convertido en un recurso decorativo de primer orden, pensado para decorar y vestir todo tipo de suelos. Porque tanto consiguien salones cálidos y acogedores como dormitorios alegres y prácticos o pasillos y terrazas energéticas. En resumen, es la nueva alfombra de vocación ecléctica para todo y para todos.
Alfombras de vinilo, variadas y resistentes
Mmmm… parece prometedor. Cuéntame cómo pasó.
Las alfombras de vinilo o PVC están confeccionadas con fibras de polipropileno (poli, para los amigos), un material extraordinariamente flexible, maleable y sobre todo, resistente.
Después se juntan el polipropileno, un científico y un diseñador. Se meten en una máquina a centrifugar y ya te salen un montón de ideas, texturas y colores, que conforman la gama de alfombras más variada y resistente del planeta Tierra.
Pero hacer alfombras con vinilo suena un poco industrial. ¿No es como hacer un bizcocho con Aguaplast?
Qué va. El bizcocho con Aguaplast saldría un poco incomestible, por decir algo. En cambio las alfombras sintéticas o de PVC son hogareñas, cálidas y acogedoras.
La evolución en el diseño de nuevas texturas y colores ha sido tan imparable en los últimos años que se adaptan a cualquier estilo: nórdico, minimalista o industrial, que es lo más obvio, pero también cualquier estilo moderno, contemporáneo o ecléctico las recibirá con los brazos abiertos.
El caso es que son tan buenas como… ¿cómo te lo explicaría?
¿Como la tortilla de patatas que hace mi madre?
Uff… tanto no es posible. Pero casi, ya lo vas pillando.
A ver, explícame esas 5 razones que prometías, a ver si me convences.
Pues allá vamos… porque con estas alfombras, como dice la canción, sobran los motivos.
1. La alfombra más resistente
La primera es la resistencia. Y cuando digo resistencia, digo resistencia, ¿eh? Son alfombras que literalmente, aguantan lo que les echen. Puedes someterlas al trato más duro y dar rienda suelta a tus pasiones sádicas más inconfesables, que ni pestañean.
Mételes encima sillas de oficina con ruedas, mascotas con uñas afiladas, peques traviesos armados de juguetes punzantes y manos pegajosas, que no lograrás hacerles ni cosquillas.
De hecho tienen certificación para uso doméstico intensivo, pero también para uso comercial e incluso industrial intensivo. Es decir: si aguantan en una industria, en tu casa tu ejército de peques revoltosos y mascotas no podrán con ellas ni queriendo.
¿Y si las ensucian?
2. Fácil de limpiar
Ahí te quiero ver: porque la segunda razón es la facilidad de limpieza. Si tienes dudas revisa este post, pero has de saber que el limpiar se va a acabar con estas alfombras. No acumulan polvo y al tener la superficie lisa y plana están libres de ecosistemas de cualquier tipo.
Y si la escoba o el aspirador no es suficiente, mételes la fregona, que se quedan tan campantes. Y tan limpias. Por eso a las personas alérgicas y con problemas respiratorios les encantan.
Y aún más: si la tienes en la terraza o el jardín (spoiler: porque también hacen unas estupendas alfombras de exterior, como luego veremos) limpiarlas es tan fácil como pasarles la manguera directamente (sin presión).
Me vale. ¿Y la tercera razón?
3. Duración (casi) infinita
La tercera es la durabilidad. Su duración se mide en eras geológicas, aunque si prefieres un término más técnico para definirla sería “duran que te c***”. Serán la herencia de tus biznietos; lo único en tu hogar que dura más es lo que tarda el niño en apagar la tablet e irse a dormir.
Es una alfombra que, si algún día la cambias, será porque te hayas cansado de ella. Las alfombras de vinilo no envejecen porque su material es altamente resistente a la fricción, a la tracción y al desgaste y porque su textura lisa y compacta hace que se quede pegada al suelo y no se enganche con nada.
Todo muy bien, pero ¿y si las quiero para la terraza o el jardín, en el exterior?
Pues estás de suerte, porque la cuarta razón es que es la alfombra para todo uso y lugar, incluyendo el uso exterior.
4. También son para exterior
Si intentas poner una alfombra de pelo, orgánica o con tejido de hilo a la intemperie verás como se pone nerviosa en cinco minutos. Y tú más todavía.
En cambio las alfombras de vinilo aguantan el uso exterior sin inmutarse, poniendo cara de póker, así, estilo Harry el Sucio. (Y, como el personaje, también son de los buenos de la película).
Úsalas para el chalet, en la terraza, en el porche (no, en el Porsche no, que no caben) o junto a la piscina. Que no te dé reparo, porque vienen preparadas para aguantar el sol, el agua, la intemperie e incluso a tus invitados pesados, esos que no se van nunca.
Y por supuesto, también para interiores, porque te sirven para las habitaciones, salones e incluso pasillos.
Ya les voy viendo el punto. ¿Qué más hay que saber?
Lo mejor, porque la quinta razón es que hoy en día las alfombras vinílicas te aportan una decoración tan cálida como las alfombras textiles, llena de color, variedad y texturas.
5. Decoración cálida para los suelos
Una de las claves que hacen a las alfombras de vinilo tan acogedoras y cálidas es la variedad de texturas y colores. Hay alfombras vinílicas con acabados con efecto lavado o vintage, otras con patrones, las hay también impresas y con cenefas de muchos tipos.
Pero la principal clave es cuando hablamos de las alfombras de vinilo trenzado o tejido, porque la textura que consiguen con el trenzado de las fibras les da una vida y animación que las iguala a las alfombras de fibras naturales como el sisal o el yute.
Por eso ya se acabó aquello de que para que te conjuntaran tenías que vivir en Matrix, o que únicamente servían para decorar pelis de Steven Seagal. Ahora la variedad de modelos de alfombras vinílicas es tan grande que incluso podrías alfombrar con ellas los salones de las novelas de Jane Austen.
En resumen: hasta ahora pensabas que en esta vida, imprescindible, lo que se dice imprescindible, sólo era Sergio Busquets. Pero después de lo que te hemos contado, tendrás que admitir que también las alfombras de vinilo van a ser imprescindibles en tu hogar.
Por eso, posiblemente, serán tus próximas alfombras. Y ya no tienes excusa, porque ahora ya lo sabes.