Aunque te parezca una pieza de mobiliario auxiliar extraña y de difícil aplicación, decorar con biombos puede hacer mucho más por tu hogar de lo que te imaginas.
Es que la decoración, como le pasa a nuestra sociedad, se ha ido sofisticando de manera imparable. Veréis.
La sofisticación es un proceso que empieza al principio de los tiempos, cuando las distancias se medían señalando con el dedo y diciendo “hasta allí”. Alguien pensó que era mejor llamar a eso “kilómetro”, y desde entonces la sofisticación de nuestra sociedad se ha vuelto imparable, inventando constantemente nuevos recursos para nuevas necesidades. Sí, como por ejemplo las tarjetas Black, estaréis pensando.
Pero no sólo, porque la decoración de nuestros hogares se ha sofisticado para bien, utilizando mejores recursos decorativos y de mobiliario, como el mueble auxiliar que nos ocupa: los biombos.
¿Qué pueden hacer los biombos por tu decoración?
Los biombos constituyen para nuestros hogares actuales uno de los recursos decorativos más versátiles y polivalentes (o como se dice en castellano moderno, multipropósito) que puedes encontrar. Repasamos algunas de sus utilidades.
Los biombos hacen el vestidor perfecto
A todos nos encantaría tener un vestidor separado. Y realmente no es tan difícil, sobre todo si te llamas Isabel Preysler y tu casa es tan grande que tienes que orientarte con GPS. Pero para el resto de los mortales (no, Cristiano, tú tampoco), conseguir espacios separados en nuestras casas es muy complicado.
Aquí es donde los biombos llegan para echarnos una mano, porque para eso son la herramienta perfecta: un elemento de mobiliario auxiliar portátil y opaco, que nos da ese espacio reservado para disfrutar de ese momento de intimidad y recogimiento mientras pensamos qué ponernos, que, como es sabido, es el momento más importante del día.
Divide ambientes sin tabiques
Si quieres crear un ambiente separado o dividir una habitación puedes poner un tabique. Para eso llamas a un contratista. Que no irá el día convenido. Y llamarás a otro y lo mismo. Finalmente conseguirás que uno con un bolígrafo en la oreja te vaya a medir, enseñándote en el proceso su “hucha” cada vez que se agacha.
Después de reponerte del infarto al ver el presupuesto contratas la obra y cuando descubres que tras desmontarte media casa te han puesto el tabique donde no era, te quieres tirar por la ventana pero ni siquiera puedes, porque también te la han cambiado de sitio.
Por eso, nuevamente los biombos aparecen como apuesta salvadora. Porque la sencilla colocación de un biombo te facilita la solución a la división de espacios de manera mucho más sencilla y versátil. Y que, además tiene arreglo y la cambias cuando quieres.
Por ejemplo, este biombo con estantería es suficientemente grueso y opaco como para delimitar dos espacios separados, sin obras y aportando mucha decoración.
Además dejan pasar la luz y el sonido, lo cual es una ventaja. Vale, excepto si el niño está practicando la batería, pero para eso hay unos tapones de oídos estupendos. Desgraciadamente solución para todo no la hay, excepto en los anuncios de champú.
Decoración portátil de gran formato
Aunque no uses los biombos para nada en particular ya cumplen una estupenda función principal: la de decorar. Simplemente.
Y para ello cuentan con un arma poderosa: su gran formato. De hecho, si quieres poner algo más grande en tu casa tendrás que comprarte un luchador de Sumo. Eso significa que cuentas con una gran superficie de exposición para enfocar la decoración de tu casa en función de tus gustos y necesidades.
Si por ejemplo tienes decoración muy recargada y espacios pequeños puedes poner un biombo liso y en tonos claros para agrandar e iluminar la estancia.
Si tienes espacio de sobra y te gusta el atrevimiento, puedes colocar biombos estampados con fotografías, imágenes y colores vivos que destaquen y sean el hilo conductor de tu decoración, dejando que ellos marquen el ritmo.
En suma, que los biombos son reguladores de color, son lienzos portátiles, con capacidad para situarse en tu decoración del mismo modo que Mick Jagger se sitúa entre los cantantes de rock: destacando y liderando con estilo.
¿Y por qué no decoración de pared?
Si compras un biombo para colgarlo en la pared a modo de lienzo, no te sientas culpable, ni hace falta que vayas a Decoradores Anónimos a explicar “hola, soy Pepi, y pongo biombos en la pared”. No.
Hemos visto a mucha gente hacerlo con los biombos fotoimpresos estampados, bien de una pieza, o bien con las hojas desmontadas y separadas formando un tríptico, con un resultado “triplestacular”.
Y todavía más versatilidad…
No son los únicos usos de un biombo: los biombos son muy útiles para por ejemplo, cuando estás enfadado con tu pareja. Discretamente te vas del otro lado y esperas a que despeje. En serio.
O si tienes un precioso diseño de inspiración oriental Zen como este otro biombo, puedes hacerte con tu propio lugar de relajación para tus meditaciones, pilates o esos preciosos momentos de no hacer nada. Si sentándote el la posición del Loto y mirando fijamente al Buda no alcanzas el karma y el nirvana en un plis-plás, no culpes al biombo: háztelo ver.
Úsalo también para conseguir un lugar aislado de la vista de la televisión si quieres concentrarte en leer o estudiar. O si quieres apartar tu salón de las miradas indiscretas desde la puerta de entrada. O si… bueno; el límite es la imaginación.
Lo mejor de todo es que a diferencia de cualquier otro mueble auxiliar, es plegable, se dobla y se guarda detrás de la puerta en un momento.
Sin duda es el mueble auxiliar más agradecido, porque no pesa, no ocupa y es portátil. O sea, el yerno perfecto.
Tenerlos en cuenta en vuestra decoración y ya sabéis: intentar esto en casa.