Si ves tus paredes más vacías que la lista de buenas ideas de Donald Trump, estás de suerte. Porque la variedad de complementos para decorar paredes con que contamos hoy en día es tan compleja que necesitaría un centro de interpretación.
Atrás quedaron los tiempos de nuestros abuelos en los que las paredes se decoraban sólo con cuadros. Solían tener un ciervo y un río, y en el peor de los casos un antepasado con bigote que te miraba con cara de dolor de estómago.
Hoy en día las paredes aburridas no son una opción.
Una pared aburrida es como un chicle cuando pierde el sabor: sigues masticando, pero ya no es lo mismo. Por eso necesitas darle nueva vida de vez en cuando.
Y te preguntarás ¿es muy difícil decorar paredes? En absoluto. Difícil es por ejemplo tener de mascota a un puercoespín. En cambio, decorar paredes es más fácil que la tabla de multiplicar del uno. Y por eso vamos a repasar seis alternativas sencillas para vestir las paredes con elegancia.
1. Apliques decorativos, metálicos o de técnica mixta
Los apliques para pared son un ecosistema propio en lo que se refiere a decorar paredes. Porque su variedad, gama y texturas son tan amplias como la madre Naturaleza.
Suelen ser corpóreos, en tres dimensiones, o sea que se salen literalmente de la pared. Suelen combinar varias piezas de metal, madera y otros materiales y forman figuras diversas, siempre originales y diseñadas para romper la monotonía.
Podríamos decir que un aplique decorativo de pared es como un cuadro, pero con esteroides. Es decir, que con sus texturas tridimensionales y su mezcla de técnicas y texturas son como una decoración de pared enriquecida.
Entonces… ¿tú decoras o enriqueces?
2. Espejos de pared, un clásico entre los clásicos.
Tan cierto como que la guerra fría no se hace en la nevera, los espejos de pared son un recurso decorativo clásico donde los haya. Para ver algo más clásico tienes que escuchar a Eric Clapton tocando Have you ever loved a woman.
La ventaja de los espejos es que, a diferencia de los pitufos, no hay dos iguales. Los hay redondos, cuadrados, de luna grande como esta superluna que disfrutamos estos días, pero también de grandes ornamentos y pequeña luna central.
Y siempre nos gusta tenerlos en las paredes porque agrandan los espacios. No solo por eso; aunque no lo confesemos, en realidad lo que nos gusta es tener espejos en todas las habitaciones para vernos en todo momento.
En cualquier caso, úsalos sin miedo, a discreción, combinando con otros elementos decorativos para crear contrastes. Además les puedes preguntar si es cierto que tu belleza no tiene igual en este mundo. Como no suelen contestar, lo tomarás por un sí.
3. Los relojes de pared la nueva (eterna) decoración de pared
Aunque ya no solemos usarlos para saber la hora, a los relojes de pared tienen tanta vida por delante que es más fácil que se jubile Jordi Hurtado que jubilarlos a ellos.
Tanto en sus versiones más señoriales, pensadas con función decorativa por encima de todo, como los relojes de pared más humildes y utilitarios, la variedad es tan grande que siempre encontrarás alguno para llenar ese espacio de pared que te está mirando con más cara de pena que un gatito que ha perdido su ovillo de lana.
Por supuesto, no hay cocina que se precie sin su reloj, pero no solo: cada pieza de la casa tiene un reloj que le encaja, si sabemos escoger el tipo adecuado. Recuerda: no hay decoración de pared sin relojes.
4. Portafotos murales, al fin la familia junta
Los portafotos múltiples murales no sólo son otra opción para decorar la pared, sino que a menudo son la única manera posible de juntar a toda la familia en el mismo sitio. Y si no quieres poner a tu familia puedes probar con tus seres queridos.
Siempre son un recurso alegre y desenfadado con el que puedes jugar en función de las fotos que coloques. Por ejemplo, las fotos de tu último viaje te recordarán lo bien que lo pasaste (bueno, menos ese día de la borrachera) y te estimularán pensando en el próximo viaje.
5. Vinilos murales, la solución más rompedora
Si eres de los que no se amilanan a la hora de decorar y estás dispuesto a romper ideas preconcebidas, los vinilos murales decorativos son para ti.
Hay quien piensa que es solución excesivamente arriesgada, algo así como echarle pimentón a las natillas en lugar de canela, pero las oportunidades son de los que arriesgan. Hoy en día los hay para todos los gustos y de todos los tamaños, desde pequeño formato hasta los que te llenan una pared completa.
Especialmente en las habitaciones de los peques suelen tener mucho éxito. Se colocan con facilidad y se pueden remover en caso de desastre, así que todo es pensarlo bien y decidirse.
6. Los lienzos, natualmente
No podía faltar en una lista de complementos para decorar paredes los lienzos, o cuadros de toda la vida, para entendernos. Lo que ocurre es que ya no son como los de toda la vida, porque hoy encontramos diseños perfestaculares, que significa perfecto y espectacular al mismo tiempo.
Hoy tenemos disponbibles lienzos fotoimpresos con espectaculares imágenes que nos abren impresionantes ventanas en nuestras paredes a nuevos mundos decorativos. Estampas urbanas o de la naturaleza, coloridas o monocromáticas, grandes o pequeñas, formatos cuadrados o cinemascope…
Ya lo ves: hoy en día hay pocas disculpas para seguir teniendo paredes aburridas.