Los armarios portátiles y muebles zapateros desmontables son la herramienta más polivalente después de la navaja suiza.
Hoy en día suponen para nuestros abarrotados hogares el complemento vitamínico que necesita nuestra ordenación. Lo único más útil que vas a encontrar en tu hogar es el botón del mando a distancia para quitar el sonido durante los anuncios.
Son, en suma, la auténtica conquista del espacio.
A ver: no es que le vayamos a quitar mérito a la Nasa, pero es que la conquista del espacio que hacen ellos es mucho más fácil que ordenar una casa.
Por ejemplo, hay tanto espacio entre Saturno y Plutón que para encontrar una separación mayor tienes que irte a Angelina y Bradd Pitt. Con tanto espacio libre se aparca siempre y claro, así enseguida se conquista cualquier cosa.
Armarios portátiles: espacio donde no lo hay
En cambio, el mérito de los zapateros y armarios portátiles es el hacerse grandes en nuestras casas allí donde no se cabe; de sacar un espacio extra de donde no lo hay y de conseguir orden en medio del caos de nuestras habitaciones.
Para ello cuentan con varias ventajas. En primer lugar, que su ecosistema goza de una gran biodiversidad, de modo que, como los Hermanos Dalton, se fabrican en todo tipo de tamaños, para amoldarse a los espacios disponibles.
el mérito de los zapateros y armarios portátiles es el hacerse grandes en nuestras casas allí donde no se cabe; de sacar un espacio extra de donde no lo hay y de conseguir orden en medio del caos
Por ejemplo, si Angelina y Brad hubieran tenido este armario tan grande podrían haberse ido a vivir cada uno a un ala distinta y no cruzarse nunca. La de abogados que se hubieran evitado.
Pero también los hay pequeños para que hasta el mínimo rincón quede aprovechado con utilidad. Y medianos, altos y bajos.
El mueble auxiliar que se mueve con facilidad
La portabilidad es otro de sus puntos fuertes, porque aunque nos parezca obvio que los armarios sean portátiles, no siempre fue así. Veréis.
Los armarios se inventaron diez minutos después que la rueda, porque había que meter los recambios en algún sitio. Pero estaban tallados en roca y no se podían mover. Hasta que, con los siglos alguien decidió hacerlos portátiles y desmontables.
No sabemos quien fue, pero sí que se merece un lugar en el cielo. Justito al lado del inventor de las natillas con canela.
Por eso, ahora que los armarios han dejado de ser una cosa fija e inmutable, como la precesión de los equinoccios, nos ofrecen la posibilidad de cambiarlos de posición o de habitación con toda facilidad: hoy están en la terraza, mañana en el trastero y pasado en el garaje.
Qué pena que no podamos hacer lo mismo con los cuñados.
La variedad ante todo
Y también nos ofrecen variedad de formas y disposiciones.
Por ejemplo, los armarios zapateros nos ayudan a ordenar y clasificar nuestros zapatos. Lo cual es muy importante no solamente por lo obvio, sino porque en cuanto los tenemos guardados y ocultos a la vista nos desaparece el remordimiento por los últimos pares que nos hemos comprado. Y ya podemos comprarnos más.
Los roperos admiten también muchas combinaciones de forma: los hay con estantes sólo, con barras para perchas, con cajones, o mezclando varios de esos elementos.
Ya lo veis: los armarios poseen tanta vida interior que ni siquiera necesitan hacer Zen.
Por último, la característica más destacable en cuanto al aspecto práctico es que son desmontables y montables con toda facilidad, sin tornillos ni complicaciones, que para complicaciones ya tenemos la comida de empresa de Navidad. Se montan con la mano y si se tercia, algún golpecito con un martillo de goma.
En resumen, que hoy en día no hay hogar que no necesite un práctico y útil armario portátil. Todo sea por la conquista del espacio.