Hoy vamos a hablar de decoración con cojines, esas cosas tan blanditas. Lo cual, paradójicamente, nos hace reflexionar sobre la dureza de la vida.
Porque seguramente piensas que la Naturaleza tiene tres Reinos: el reino animal, el vegetal y el mineral. Pues craso error: va a ser que no.
A estos tres hay que añadirle el Reino de lo Blandito, que es el cuarto estado de la naturaleza. Como dijimos en otra ocasión, en este reino no hay nada duro y en cosecuencia tu equipo nunca pierde y tu pareja nunca te dice “cari, ¿en qué piensas?”
En lugar de cemento usan algodón de azúcar y los martillos llevan airbag, con lo cual no consiguen clavar ni un solo clavo. Por otro lado resultaría un empeño inútil, porque las puntas son de terciopelo y las brocas de los taladros son de macramé.
El Reino de lo Blandito, hogar de los cojines de cama y sofá
El Reino de lo Blandito está habitado por cojines de cama y sofá, esos etéreos representantes de la blandura, embajadores de la suavidad y epítomes de la decoración (qué rayos querrá decir epítome).
De ahí la produnda reflexión, ya que se nos ocurre que los cojines han sido creados por la Madre Naturaleza para compensarnos de la dureza de la vida.
Porque la vida es así: dura, difícil y exigente, y la pasamos luchando duramente para ganarnos el pan (no, tú no, Urdangarín) teniéndole que echar coj**es una y otra vez.
Por eso lo que quieres en cuanto llegas a casa es cambiar el chip y en lugar de echarle coj**es, pasar a echarle cojines a la vida. Y para eso existe el Reino de lo Blandito.
Recompénsate con cojines blanditos
Los cojines son el premio que recibimos al final del día, cuando después de una dura jornada no queremos más que arrellanarnos en nuestro sofá o sillón favorito, rodeados de cosas blanditas. Es el momento en el que queremos olvidarnos de todo, excepto de lo que ponen en Netflix.
En la escala de la blandura, los cojines se integran en el mundo justo entre los montones de heno recién segado y el vientre de los gatitos, para que el Reino de lo Blandito sea el lugar más cómodo del universo.
De hecho, para encontrar algo más cómodo tendrías que irte al Reino de los Cielos o al regazo de Scarlett Johansson. Como lo primero aún puede esperar y como lo segundo como que no va a estar a nuestro alcance, solo nos quedan los cojines.
Y para eso las nuevas colecciones de cojines de cama y sofá llegan cargadas de variedad, texturas y diseños, para que decorar con cojines sea coser y cantar.
Las nuevas colecciones y estampados, para todos los gustos
Los nuevos estampados nos presentan motivos florales o geométricos, tanto en colores vivos y alegres para cuando queremos subir el volumen a nuestra decoración, como en tonos tranquilos y discretos cuando lo que se trata es de decorar sosegadamente, para no despertar a nadie.
En formatos cuadrados o alargados, en tamaño mediano o incluso en grandes cojines de 60 cm de lado, los cojines de cama o sofá siguen siendo un recurso inagotable para modificar nuestra decoración con muy poco esfuerzo.
Es una herramienta similar a un termostato, que nos permite regular la temperatura visual, cromática y temática de nuestros salones y habitaciones. Pocos complementos de decoración poseen la capacidad de los cojines para evocar lo acogedor del hogar y de apelar de manera instintiva a nuestro sentido hogareño más profundo.
Por eso, y para resumir, te decimos: si la vida es dura, no le eches coj**es (bueno, eso también) échale cojines y disfruta de todo lo que pueden hacer por tí.