Elegir alfombras es un difícil arte, en el que hay muchas cosas que tener en cuenta. Por eso, en la búsqueda de nuestra alfombra tenemos mucho que pensar antes de poner el foco en un tipo de alfombra determinado.
Ya hemos hablado en otros posts de ideas para elegir alfombras redondas o sobre cómo elegir alfombras sintéticas, pero ahora vamos a dar un paso atrás para tomar perspectiva, analizando la compra de la alfombra desde un punto de vista más genérico. Yendo a los fundamentos.
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Pensar en el espacio (el del suelo, no el sideral)
El espacio es lo primero que tenemos que analizar. Pero no el espacio sideral, ni el euclidiano, o el que vemos cuando miramos al cielo, sino el que tenemos en casa, más concretamente bajo nuestros pies: el suelo.
Hay que estudiar el espacio que queremos cubrir con la alfombra. Su tamaño y forma, pero también su zona de influencia; es un error pensar solo en el lugar que ocupa la alfombra en sí.
En espacios grandes, las alfombras pueden ser fundamentales para definir y separar a primer golpe de vista los distintos ambientes o zonas que se quieran crear.
Si los espacios son súper grandes, incluso en estudios industriales o espacios tipo loft, podemos usar las alfombras para lo contrario, es decir para unir en lugar de separar, para encontrar puntos de conexión, nexos que unifiquen las distintas áreas y que den sensación de un todo común.
En espacios pequeños lo obvio es colocar alfombras más pequeñas. Pero aparte de la perogrullada, las alfombras redondas nos pueden sacar de muchos apuros, ya que al no tener esquinas son visualmente mucho más ligeras y agradecidas que las cuadradas.
En cualquier caso, sea grande o pequeño el espacio, pensarlo significa entender que es tan importante la superficie que se cubre como el suelo que queda a la vista.
Evaluar cómo se comunican ambas zonas, si «dialogan» y si se dejan respirar mutuamente y si su interacción da como resultado más que la suma de cada elemento.. Si la respuesta es que sí, enseguida veremos un ambiente rejuvenecido y revitalizado.
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Repartir los papeles de cada alfombra
Como si fuéramos el director de reparto de una película de Hollywood, es importante a la hora de elegir una alfombra tener claro el protagonismo que queremos darle a cada pieza dentro de todo el esquema de la decoración, y asignar los papeles principales y secundarios con sabiduría.
Incluso aunque solo tengamos una alfombra en cada habitación, que haya una conexión entre ellas tiene mucho sentido, sino para el visitante ocasional, sí para quien vive en casa.
Puede guardarse la unidad manteniendo el mismo material de alfombra y simplemente cambiando el color. O podemos mantener el color en todas las alfombras pero cambiando la textura, lo que además nos indicará no solo que cambiamos de zona sino que en esa zona se hacen cosas distintas.
Y por supuesto se puede cambiar todo: material y color, pero con esta opción las zonas que se consiguen son absolutamente independientes. Y aun así se puede mantener una coherencia, si por ejemplo se utilizan alfombras diversas con un denominador común, como por ejemplo sin pelo.
Si queremos darle mucho protagonismo a una alfombra en particular hemos de elegir materiales que contrasten con el resto de la decoración, bien por el material en sí, por el color o por ambas cosas.
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Elegir la medida con mucho tino
Habiendo analizado el espacio la medida de la alfombra surgirá casi sola, pero hay que elegirla con mucho tino. Porque, en alfombras, el tamaño sí importa, y dará o quitará protagonismo a la alfombra y al ambiente.
Una alfombra es grande o pequeña no dependiendo del espacio en el que va a ir, sino de nuestra intención decorativa en ese lugar en particular.
No hay que quedarse cortos: no hay nada tan desolado como una alfombra que queda pequeña. En caso de duda mejor más grande que más pequeña, aunque lo ideal es acertar con el punto justo.
Nunca pidas una medida menor por ahorrar: en ese caso es mejor cambiar de idea escogiendo otra alfombra que se ajuste más a nuestra economía pero que quede bien donde la pongamos, con medidas sobradas.
Sugerencia: marca el suelo con cinta de carrocero para hacerte una idea de la medida. Es muy barato y te evita disgustos. Y recuerda que una alfombra ha de ser envolvente, tanto con el mobiliario que la rodea como con el espacio en si mismo.
Hay mucha diferencia entre que una alfombra ocupe solo el hueco frente al sofá con una mesa baja encima, o que una alfombra más grande incluya también el sofá.
Esto es importante: una alfombra para mesa de comedor debe tener un tamaño que una vez sentados los comensales a la mesa, las patas de las sillas queden sobre la alfombra.
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Piensa en los materiales
Otra cosa importante son los materiales con que está fabricada la alfombra. Básicamente podemos clasificarlos según el origen de las fibras, en fibras naturales y fibras sintéticas.
Las naturales pueden ser fibras de origen vegetal como el yute, algas, coco y algodón, y madera como las alfombras de bambú. Y también de origen animal como la seda y la lana.
Las de origen vegetal como el yute son resistentes a las manchas y atrapan el polvo, impidiendo que éste se propague por el aire y cause tantos problemas de alergia, y haciendo mas fácil su recogida con la aspiradora.
Sin embargo estas alfombras tienen sus limitaciones como son un tacto rudo o áspero y a no ser que estén impresas, el colorido es mas limitado.
Las de algodón suelen ser lavables en lavadora en la mayoría de los casos, son amorosas, acogedoras, aislantes y gozan de una enorme variedad de estilos, colores, formas, grosores y diseños… son la imaginación hecha alfombra y muy asequibles por lo general.
Las de fibra animal como la lana, proporcionan básicamente un aislamiento grande tanto del calor en verano como del frío en invierno.
Tienen un aspecto agradable y acogedor tanto para el pie descalzo como para la vista, aunque su cuidado requiere más atención, sobre todo a la hora de la limpieza.
Alfombras sintéticas: los nuevos materiales avanzan con fuerza
En cuanto a las de fibras sintéticas, las opciones que tenemos hoy en día gracias a la profunda investigación y gran desarrollo en estos últimos años de nuevos materiales como el vinilo, pvc, Teplon, etc… son casi infinitas; desde alfombras finas con goma en el reverso y pelo corto, largo o medio, que pueden lavarse en lavadora, hasta alfombras más gruesas con diferentes grados de densidad.
También tenemos opciones de alfombras sintéticas para la imitación de materiales naturales como el sisal, yute, algas o coco, que presentan ventajas sobre estos, tal como la mayor durabilidad y resistencia al roce, capaces de aguantar lo que se les eche tanto en interior como en exterior y tremendamente fáciles de limpiar.
Nos referimos a las alfombras de polipropileno, una palabra a la que debemos acostumbrarnos e incorporar ya a nuestro vocabulario porque es el material del futuro.
Polipropileno y vinilo: las alfombras del futuro (y del presente)
Dependiendo del tipo de fibra de polipropileno y del tipo de trenzado o confección, podemos tener las llamadas mas comúnmente alfombras de vinilo, con un acabado no tan natural pero sí muy cálido y acogedor con un montón de colores, combinaciones y posibilidades.
Además de unas ventajas que no ofrece ninguna otra alfombra, como por ejemplo la facilidad de limpieza ya que basta una aspiradora o una fregona para que las alfombras queden completamente nuevas. No acumulan polvo y son perfectas para personas con problemas respiratorios o con alergias.
Otras ventajas son lo poco que levantan del suelo, siendo ideales para que las puertas pasen sobre ellas. Su falta de deslizamiento tanto con respecto al suelo o al pisarlas, evitando resbalones, hace que sea la mejor alfombra posible para gente con problemas de movilidad o personas ancianas.
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La decisión final: el equilibrio en la decoración
Ya vemos que de la elección de un tipo de alfombra o de otro, de un material u otro, de un color o del opuesto, dependen muchas cosas.
Las alfombras pueden llegar a ser protagonistas para lo bueno y para lo malo, para destacar y resaltar nuestros muebles y nuestra personalidad y gusto, o para arruinar nuestro ambiente si no lo hacemos con cierto cuidado.
Las alfombras pueden servir para dar vidilla a una decoración un tanto seria o sosa y sin embargo también pueden servir para bajar un poco el tono subido de una decoración un tanto recargada, consiguiendo en ambos casos situarnos mas cerca del equilibrio.
Las formas también pueden jugar un papel importante ya que hoy día no sólo tenemos alfombras cuadradas, rectangulares o redondas sino que hay materiales como el vinilo termosellado o la poliamida que se pueden cortar no solo a la medida que queramos, sino con la forma que queramos: un trébol, una nube, un triángulo, o simplemente un diseño abstracto nuestro que se adapte a un espacio concreto o a los designios de nuestra mente creativa.
Muchas gracias, Emili.
Desde luego, las de vinilo en cuanto a resistencia y facilidad de limpieza no tienen rival, además de que son muy finas y que se pegan al suelo. Y no te preocupes por la calidad, porque son como el conejito de duracell: duran, y duran, y duran.
Muchos modelos ya tienen las medidas que nos indicas, y si no tienes la alternativa de encargarla a la medida. Puedes verlas en la tienda, aquí: https://latiendawapa.com/42-alfombras-de-vinilo-y-fibra
Un saludo!
Bon dia, queremos 2 alfombras, 120 x 180 y 170 x 240, nuestra principal duda es la calidad final del producto.
Nos gustan mucho las sintéticas de vinilo, pero no quisiéramos equivocarnos en la elección. Por el tema de alergias y ácaros creemos que serian las mas adecuadas.
Felicidades por la WEB. muy completa, mi mujer no para de mirar cosas.