¿Tienes cocina? Suponemos que sí, a no ser que seas Tarzán de los Monos y te zampes sin cocinar las gacelas recién cazadas. En ese caso no debes preocuparte por la alfombra para la cocina, pero si perteneces al resto de los mortales seguro que te habrás preguntado alguna vez cómo encontrar la alfombra de cocina perfecta.
Y no es fácil, porque la perfección es una cosa que buscamos constantemente pero que, tenemos que admitirlo, solo se da en Andrés Iniesta.
¿Messi? Demasiados tatuajes. ¿Cristiano Ronaldo? Demasiados coches deportivos. ¿Trump? Demasiado flequillo. ¿Putin? Demasiado poco. Ya lo veis: no hay cosa en esta vida que, bien mirada, no tenga su lado oscuro. Menos Darth Vader, que todo él ya es el lado oscuro.

Volviendo a las alfombras, si para escoger una alfombra cualquiera ya podemos tener ciertos quebraderos de cabeza, la alfombra de cocina, si la elegimos mal, nos puede dejar más atribulados que un camaleón encima de un código de barras.
Porque una cocina tiene una serie de necesidades específicas que hace que no se pueda poner cualquier alfombra. Y no es solo que deban resistir las incesantes peregrinaciones de los habitantes de la casa a la nevera, sino más cosas. Por tanto, poner en la cocina una alfombra inadecuada sería como colocarle una capa de kriptonita a Supermán.

Resumiéndolo mucho, podríamos decir que la perfecta alfombra de cocina debería ser un poco como Clint Eastwood: un tipo duro, pero con encanto.
¿Qué requisitos debe tener una alfombra de cocina?
Deben ser trotonas por encima de todo y en el más amplio sentido de la palabra. Una alfombra que no admita el trato duro no podrá pasar el casting de alfombra de cocina, del mismo modo que Danny de Vito no pasaría el casting para superhéroe ni aunque se empeñe.
Deben resistir el uso intensivo, ya que pocos lugares de la casa se pisarán tanto como la cocina, muy particularmente en el lugar donde se cocina.

Deben ser finas, porque si hay algún lugar de la casa en el que no queremos tropezar es en la cocina, más que nada para no caernos de narices sobre la tarta de merengue que llevamos elaborando varias horas (es que se te queda una cara…)
Deben ser lisas para no acumular polvo y para que no puedan acoger ecosistemas de ningún tipo que la hagan atractiva para seres vivientes, tanto unicelulares como con patitas (los únicos animales con patas que pisen la alfombra de cocina deberían pertenecer a la especie Homo Sapiens).
Deben ser impermeables o resistentes al agua, porque ya sabemos lo que pasa en la cocina: que queramos que no, acaba cayendo de todo, sólido, líquido y hasta gaseoso, en el suelo y en la alfombra de la cocina.
Y sobre todo, el gran mantra de las alfombras de cocina que deberíamos recitar con la misma devoción que un budista el Om mani padme hum: la perfecta alfombra de cocina ha de ser lavable, y no de cualquier forma, sino lavable con facilidad.

Y cuando decimos con facilidad queremos decir fácil de verdad, no como el abrefácil de los blisters de plástico que compramos en el supermercado.
Por tanto, esto nos lleva a examinar los…
Tipos de alfombras perfectas para la cocina
1
Alfombras de vinilo trenzado para cocina
Nivel de perfección: Nirvana

A diferencia del vinilo impreso, las alfombras de vinilo trenzado están formadas por una capa de fibras trenzadas, soldada a otra capa de goma que sirve de reverso y que está en contacto con el suelo.
Tenéis más información específica sobre ellas en este post. Sus características son similares a las de vinilo impreso:
- Son muy finas (3 mm) y quedan completamente planas y pegadas al suelo.
- Como todas las alfombras vinílicas, ya no hace falta decirlo: son súper resistentes.
- También son antideslizantes, ya que tienen el reverso de goma haciendo una sola pieza.
- Y también son no solo impermeables, sino estancas.
- Y son súper lavables: limpieza diaria con fregona y jabón neutro.
2
Alfombras de polipropileno para cocina
Nivel de perfección: séptimo cielo

El polipropileno (Poli, para los amigos) es el mismo material con el que se hacen las alfombras de vinilo, solo que en lugar de trenzar las fibras gruesas sobre una base de goma se confeccionan con hilado fino, con la consistencia y aspecto de una alfombra de fibra natural.
Pero la diferencia es que las alfombras de polipropileno son mucho más resistentes (pero muuuucho, eh) y que son impermeables. Resumiendo:
- Son finas (4 mm aprox.) No tanto como las impresas pero tampoco levantan apenas de suelo.
- Como ya dijimos, en resistencia lo son tanto como la que más.
- Aunque tienen aspecto de alfombras convencionales de las que se empapan, no lo hacen: son impermeables (aunque no estancas) es decir, que los líquidos no penetran en el tejido pero sí que pasan a través de la alfombra.
- Para la limpieza, también basta con escoba, aspirador o frotando con un paño húmedo con jabón neutro.
- Los diseños no son estampados, sino formados con el trenzado..
3
Alfombras de vinilo impreso para cocina
Nivel de perfección: cinco estrellas (y porque no hay más)

Las alfombras de vinilo impreso han nacido para la cocina, del mismo modo que el Correcaminos ha nacido para dejar en ridículo al Coyote. Porque ninguna otra alfombra consigue una especificidad (perdón por el palabro) tan alta para las necesidades de una cocina. Por estas razones:
- Son súper finas: con 1 mm de grosor, no hay quién dé más (perdón, menos). No tropiezas con ellas ni queriendo.
- Son de vinilo, por lo tanto, súper resistentes. El vinilo es resistente a la abrasión y al uso intensivo como prácticamente ninguna otra alfombra del mercado.
- Son antideslizantes gracias a su suelo rugoso.
- Son impermeables y además estancas (el líquido que cae no traspasa).
- Se limpian con escoba, aspirador, fregona o paño húmedo. Pásales la fregona escurrida con un jabón neutro y olvídate de todo. Alfombra limpia.
- Tienen diseños impresos muy chulos y variados. Por ejemplo, de tipo hidráulico imitando antiguos suelos de baldosa y azulejo, pero no solo. Estas alfombras son un chute de diseño para el suelo de la cocina.
Ahora bien, no te confundas: no se pueden comparar con sus hermanas (mejor dicho primas) de vinilo trenzado ni en duración, ni en rendimiento. El vinilo trenzado es más alfombra, más duradero y más resistente que las de vinilo impreso.
4
Alfombras de bambú para cocina
Nivel de perfección: cuatro estrellas y un palito

Como el bambú es una madera resistente a la humedad (y resistente en general) las alfombras de bambú también son muy apropiadas para las cocinas. Son ligeras, coloridas y muy naturales. Recapitulando,
- Son finas y lisas (no acumulan polvo).
- Son también de base antideslizante.
- Aguantan bien la humedad.
- Limpieza con escoba, aspirador o fregona escurrida (se pueden mojar, pero debemos evitar encharcarlas).
- Son de madera y por tanto naturales, con muchas opciones de color.
5
Alfombras de algodón para cocina
Nivel de perfección: progresa adecuadamente

Las alfombras de algodón para cocina, aunque están lejos de la resistencia e impermeabilidad de las de vinílicas, también son un clásico en las cocinas.
Obviamente nos referimos a las alfombras tipo jarapa o farrapo, es decir, las que se pueden lavar en la lavadora fácilmente y estar listas para otro uso, no a las alfombras de algodón tipo salón.
Siempre y cuando tengamos en cuenta que carecen de algunas ventajas de las anteriores, aunque también aportan mucho a cambio:
- No son antideslizantes, con lo que si te preocupa que se muevan has de ponerle una rejilla antideslizante para alfombras.
- Tampoco son impermeables, de modo que prepárate para que se manchen.
- Pero a cambio son mucho más económicas que las vinílicas. Por tanto, no les vamos a pedir lo mismo, sino que nos hagan el trabajo sucio por poco dinero (el esbirro perfecto, vamos).
- Y si son de algodón 100% las podrás lavar en la lavadora una y otra vez y te sorprenderás con lo que pueden durar en buen estado.
Ya ves cuántas posibilidades hay. Ahora solo tienes que elegir la alfombra para cocina que mejor se adapte a tus gustos y necesidades, para cocinar sobre la alfombra perfecta.
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