Las alfombras de yute están de moda. Y no es por casualidad, sino por muchas buenas razones.
El mundo de las alfombras en general está sufriendo una transformación importante, con nuevos tipos de alfombras que entran con fuerza en el mercado, como las alfombras vinílicas y de polipropileno, que están construyendo una impresionante oferta de texturas y colores.
Pero por otro lado las alfombras de fibra natural como las alfombras de yute nunca se habían ido, pero han evolucionado con nuevos materiales y trenzados tan frescos y naturales que parecen recién sacados de la frutería. Es decir, son la nueva alfombra natural de toda la vida.
¿Qué es el yute?
El yute es un material natural extraído de una planta llamada Corchorus Capsularis (Capsu, para los amigos). Es un recurso natural, sostenible y de rápido crecimiento que se puede producir en grandes cantidades y resulta por eso abundante, económico y ecológico.
Crece sobre todo en países subtropicales de Asia y a diferencia de otros cultivos como el algodón no requiere más agua que la de la lluvia para crecer abundantemente. Y aunque nunca fue un material muy extendido por estos pagos, tal vez te sorprenda saber que el yute es la segunda fibra natural más usada en el mundo, después del algodón.
Con el yute se pueden fabricar alfombras de fibra natural más económicas que otros materiales como el sisal y tienen además un aspecto tanto o más acogedor que cualquiera otra fibra natural.
También el yute (y por tanto las alfombras que se hacen con él) tiene propiedades antiestáticas, una gran resistencia y como fibra natural que es, “respira” reteniendo y expulsando la temperatura y humedad del ambiente.
Yute: la alfombra natural ecológica y reciclable
Las alfombras de yute son alfombras ecológicas, reciclables y biodegradables (no confundir con biodesagradables, eso es otra cosa). Como ya dijimos, es un cultivo sostenible y que demanda pocos recursos, de modo que es una manera muy ecológica de alfombrar los suelos.
Y esto es importante, porque si no cuidamos el medio ambiente, ¿qué planeta le vamos a dejar a Jordi Hurtado?
La alfombra más fresca y natural
Realmente el término “natural” aplicado a estas alfombras es un pleonasmo, como cuando decimos “merecidas vacaciones”, “craso error” o “cita previa”: un adjetivo tan obvio que se hace inseparable del sustantivo.
Porque las alfombras de yute no solo son naturales, sino que lo parecen. Es decir, que se ven, se tocan y se sienten naturales: no lo pueden ocultar, del mismo modo que George Clooney no puede ocultar su elegancia aunque lo intente.
Aportan un toque entre rústico y natural a nuestra decoración y se integran en nuestras casas mejor que un hipopótamo en el delta del Okawango. Porque hay pocas alfombras que sean tan versátiles y adaptables como estas alfombras.
Eclécticas y acogedoras
A pesar de lo anterior, las alfombras de yute no están destinadas únicamente a decoraciones de tipo rústico, romántico o neohippie: son alfombras de vocación ecléctica, ecuménica o polivalente (multipropósito, como se dice ahora).
Del mismo modo que la madera se integra de una forma o de otra en prácticamente cualquier estilo decorativo, lo mismo le pasa al yute: tiene esa forma de ser como el amigo simpático que vaya a donde vaya siempre cae bien a todo el mundo.
La alfombra para cualquier estilo de decoración
A las alfombras de yute les pasa como cuando escuchas la sintonía de Mad Men: sabes que lo que vas a ver a continuación va a ser bueno.
Con las alfombras de yute puedes introducir un elemento cálido y acogedor en ambientes industriales y minimalistas, aportando la CDCR (cantidad diaria de color recomendado) por la OMAC (Organización Mundial de las Alfombras Chulas).
Ahora en serio, queremos decir que las decoraciones de base minimalista o nórdicas basan su calidez en el aporte de color de unos pocos elementos, que precisamente por ser pocos destacan más por contraste. Por eso una alfombra de yute es el aporte de calidez justa para estos ambientes, consiguiendo un efecto acogedor sin estar recargado.
Pero incluso en el lado opuesto, si tienes una decoración basada en el color y la intensidad, una alfombra de yute en tono natural contribuirá a equilibrarla y hacerla reposar a su punto justo.
Ya ves que las alfombras de yute son como catalizadores de ambientes, como reguladores naturales de la temperatura de la decoración. Puedes jugar con los tamaños, con las formas (cuadrada o redonda) o con los colores, sabiendo que las alfombras de yute son un valor seguro que funciona bien la inmensa mayoría de las veces.
Naturales, de color, solas o en combinación con algodón
Las alfombras de yute se presentan la mayoría de las veces con su color natural. Es que son tan bonitas así, que no hace falta más: ¿para qué hacer añadidos a lo que ya es perfecto? (Imagínate la Gioconda con gafas de pasta).
No obstante, el material admite la aplicación de coloridos y estampados que amplían su gama y versatilidad. Mediante estampados (por ejemplo, un clásico son las alfombras redondas con mandalas).
Pero también mediante la combinación del yute con algodón se hacen grandes y preciosas alfombras mixtas de yute y algodón, que tienen lo mejor de los dos mundos: la naturalidad del yute y el color del algodón. Bien mediante trenzados o mediantes flecos alegres y coloristas, que le dan un toque festivo e informal.
Es que el yute y el algodón forman una de estas parejas perfectas, como El Gordo y el Flaco, el coyote y el correcaminos, Ortega y Gasset…
Alfombras de yute: los aspectos prácticos
¿En dónde las pongo?
Las alfombras de yute son indicadas… para cualquier sitio.
Las habitaciones, dormitorios y salones son su hábitat natural, por su capacidad para decorar de manera cálida y acogedora.
En pasillos hay que tener en cuenta que no suelen ser alfombras especialmente finas ni que queden pegadas al suelo, por lo cual has de evaluar si serían cómodas en tu caso.
En las entradas y recibidores has de evaluar también el riesgo de que se manchen más de la cuenta si la gente entra con zapatos llenos de barro o humedad, por ejemplo, que siempre va a costar más limpiar que en alfombras sintéticas para las que eso nunca sería un problema.
¿Cómo las limpio?
La limpieza diaria de las alfombras de yute la debemos hacer con aspirador. Con un mantenimiento así y un poco de cuidado te durarán muchos años sin problemas. Eso sí, lo que debemos evitar en su limpieza es el agua.
Lo ideal es ser cuidadosos y no derramar líquidos o ningún tipo de sustancias, pero como lo ideal es una cosa y la realidad es tozuda, ya sabemos que tarde o temprano ocurrirá.
La primera medida es formar consejo de guerra al responsable y condenarle a escuchar toda seguida la discografía completa de David Bisbal. Sí, es un castigo cruel pero así te aseguras de que no lo volverá a hacer.
Pero yendo a lo práctico, tenemos una mancha que hay que tratar, y mejor cuanto antes.
En los casos de derrames actúa de inmediato con un paño absorbente para evitar que el material absorba la mancha (ya te hemos dicho que el yute “respira” y por tanto se impregna de los líquidos).
Por cierto, si alguna vez se te moja más de la cuenta, sécala extendida al aire, y si le da el sol, mejor. No la seques en secadora ni con secador de pelo.
En resumen: las alfombras de yute son una de las alternativas de alfombra natural más versátil, decorativa, ecológica y hasta si nos permitís, chiripitifláutica. Tenerlas presentes a la hora de decorar y veréis como no os arrepentís.
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