Las alfombras de polipropileno son una variante de la nueva generación de alfombras vinílicas, de las que os hemos hablado recientemente.
Tienen muchas virtudes, pero la que más destaca es la versatilidad: se puede decir que las alfombras de polipropileno son las alfombras versátiles por excelencia. Y quien dice versátil dice polivalente, multiusos o alfombra para todo uso.
Y si pensáis que esto de para todo uso es una especie de eufemismo para decir que es un tipo de alfombra básica y de rango limitado, en absoluto es así.
Las alfombras vinílicas de polipropileno son útiles tanto para el salón como para terraza o habitaciones, para decoraciones clásicas o minimalistas y para ambientes sencillos o lujosos.
Y es que hay tipos de alfombras que, por muy prácticos y bonitos que sean, son bastante monocordes y ofrecen pocas variantes, como esos pintores que siempre emplean la misma paleta de colores.
Las alfombras vinílicas de polipropileno, en cambio, son como ese músico que tanto te toca un rap como un bolero, un blues como una polca, un aria de una ópera o un rock’n roll en la plaza del pueblo.
La clave: su trenzado de hilo vinílico resistente y maleable
Y eso es así porque lo único que tienen en común todas ellas, su hilo conductor es, precisamente… su hilo. Las alfombras vinílicas de polipropileno están trenzadas con un hilo fino hecho con el mismo material con el que se elaboran las famosas e incombustibles alfombras de vinilo.
Solo que el hilado es tan fino y maleable que se puede trenzar de mil maneras, como una alfombra convencional. Es como el arroz, que se puede servir suelto o caldoso, seco o con salsas, solo o en compañía de marisco: bienvenidos al reino de la versatilidad hecha alfombra.
¿Cuál es la ventaja especial de la versatilidad de las alfombras vinílicas de polipropileno? Consiste en que, aunque hay otros tipos de alfombras igualmente versátiles, las alfombras de polipropileno son las que permiten aprovechar todas las ventajas que les son exclusivas: su resistencia, impermeabilidad, tolerancia al agua y facilidad de limpieza.
Pero en lugar de disfrutar de esas ventajas en tono monocorde, las alfombras de polipropileno ofrecen variedad, texturas y mucha versatilidad ¿ya lo habíamos dicho?
Os lo vamos a ilustrar con 7 ejemplos de lo que las alfombras vinílicas de polipropileno pueden hacer por tus suelos. Todos ellos y muchos más están en nuestro catálogo de alfombras de polipropileno.
1
Alfombra polipropileno clásica-moderna
Esta alfombra de polipropileno nos ofrece un diseño que es clásico y moderno a la vez. Clásico por el tono neutro y el diseño nada recargado, en una composición sobria y tranquila. Pero moderno por sus líneas rectas y su textura minimalista.
Aquí arriba la veis en acción (bueno, acción es un decir) en un saloncito moderno como podrías verla en un dormitorio o en cualquier otra pieza.
En este caso combina con tonos vivos, con los que hace contraste, pero queda perfecta en ambientes de tonos neutros.
En cambio, aquí al lado la veis haciendo pluriempleo en la cocina, hábitat en el que las alfombras de polipropileno se sienten como en casa.
Y no os extrañe que esté también en la cocina además de en las habitaciones y salones, porque estas alfombras son impermeables y se pueden limpiar con un paño húmedo, sin ir más lejos.
Este modelo tiene un trenzado de unos 4 mm de grosor, y se ve muy fina, pero ligeramente acolchada al pisado gracias a su acabado con nudo bouclé.
Una síntesis perfecta de una alfombra práctica y vistosa, entre clásica y moderna, o mejor dicho, las dos cosas al mismo tiempo.
2
Alfombra polipropileno estilo sisal
Las alfombras vegetales o de sisal son muy naturales y acogedoras, aunque su punto débil es el mantenimiento delicado, por no hablar del precio, bastante elevado por regla general.
Y aquí es donde entra en juego la maleabilidad y flexibilidad de que os hablábamos antes que permite trenzar alfombras de polipropileno con mil texturas diferentes.
Esta alfombra tiene un trenzado más grueso que la anterior, ma non troppo. El trenzado es grueso y definido para que destaque e imite ese tipo de alfombras vegetales. Realmente parece más un tatami que una alfombra, y resulta cálida y acogedora tanto en color natural como en gris neutro.
Es un modelo que puede servir tanto para hogares como para salones de belleza y estética, spas o similares, siempre aportando calidez y textura. Y con la ventaja de que no es nada delicada, sino muy resistente y duradera.
3
Alfombra polipropileno estilo tropical
Esto sí que es un cambio de tercio donde los haya. Y es que las alfombras vinílicas de polipropileno se pueden poner en la piel de casi cualquier cosa.
Y para demostrarlo aquí llevan el traje tropical, con un diseño recién traído de la selva virgen, casi húmedo todavía, pero sin los bichos y demás molestias.
La versatilidad de estas alfombras se ve no sólamente en el diseño distinto, llamativo y original a base de decoración tropical, sino en su tejido que no es trenzado, sino compuesto por gran cantidad de nudos (infinicientos, para ser exactos) sujetos a la base de la alfombra.
Esta ya es una alfombra más gruesa, de 12 mm, con una pisada blanda y acogedora. Es un diseño destinado a destacar y desde luego no es para quien guste de decoraciones aburridas y discretas. Aunque precisamente se puede utilizar para reactivar una habitación que nos ha quedado algo mustia y necesita un chute de color y vitalidad.
4
Alfombra polipropileno estilo oriental
Si te gusta el estilo clásico de las alfombras persas y orientales, no hay por qué renunciar a las ventajas de una alfombra vinílica de polipropileno.
Es otro giro de estilo que nos demuestra que si hemos hablado de versatilidad no lo hemos hecho en vano. Este modelo nos trae la interpretación moderna en polipropileno de la clásica alfombra oriental de toda la vida.
Solo que este modelo no cuesta varios órganos del cuerpo, no te entrarán sudores fríos si el niño tira el helado encima o si el revisor del gas no se ha limpiado el barro al entrar en casa. Porque en este caso, el diseño clásico oriental no está reñido con el espíritu práctico y el mantenimiento fácil.
Igual que el modelo tropical anterior, esta alfombra es de grosor medio, de unos 8 mm, de pisada blanda y agradable.
5
Alfombra polipropileno para exterior
Ya hemos dicho que las alfombras de polipropileno son impermeables y tanto es así que de hecho muchas de ellas son aptas para el exterior, luciendo palmito en terrazas, porches y piscinas. Eso sí, la piscina no viene con la alfombra; la tienes que poner tú.
Salvado ese pequeño inconveniente tendremos una alfombra que nos acompañará de dentro a afuera de la casa o viceversa, ya que le gusta hacer horas extras y tanto le da la dura intemperie como los cálidos interiores.
Estas son alfombras de trenzado fino (alrededor de 5 mm) y remate festoneado.
Los diseños geométricos o abstractos o acabados lisos como el de la foto, tú eliges; en todo caso es una alfombra que resulta tan fácil de mantener como de disfrutar.
6
Alfombra polipropileno densa con textura de lana
Ya estamos aprendiendo que las alfombras de polipropileno se dan muy buena maña para representar e imitar muchas texturas y acabados de alfombras tradicionales, solo que con mucho más énfasis en el lado práctico.
Este modelo está confeccionado a base de un trenzado grueso en forma de trenzas (nunca mejor dicho). Más allá de su grosor de 12 mm, que tampoco es excesivo, destaca su densidad de 2500 g/m2 de alfombra cálida y acogedora.
De hecho, parece difícil de creer por su textura y apariencia que no sea una alfombra de pura lana virgen, y sin embargo es, sencillamente, de puro polipropileno virgen.
Es una alfombra que se hace hogareña y está pidiendo a gritos vestir con calidez y elegancia suelos en salones y habitaciones, pidiendo a cambio poco más que un aspirado o un paño húmedo de vez en cuando.
7
Alfombra polipropileno para cocina
Ya lo hemos dicho: las cocinas y las alfombras vinílicas se quieren, se buscan y son una pareja inseparable. Como la nata y las fresas o la Pedroche y la polémica, es inevitable que hagan buenas migas, porque para eso el vinilo y el polipropileno es un material impermeable, resistente y lavable.
Y es que el principal requisito que le pedimos a una alfombra de cocina es que sea lavable, en primer lugar. En segundo lugar, que sea duradera. También que sea fina y plana para no tropezar al cocinar.
Y si además de todo eso tiene un diseño chulo, ya no tenemos que buscar más. Por eso las alfombras de polipropileno para cocina son la enésima encarnación de este tipo de alfombras tan versátil (¿ya lo habíamos dicho?) y tan útiles para nuestros suelos.
Te hemos puesto 7 ejemplos, pero teníamos más… como las alfombras de polipropileno a la medida, sin ir más lejos. En cualquier caso estos modelos son un buen ejemplo de lo que las alfombras vinílicas de polipropileno pueden hacer por la decoración de tus suelos.
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