Las alfombras lisas siguen siendo hoy en día tan protagonistas como lo han sido siempre.
Y ya nos disculparán los diseñadores que durante siglos se han esforzado por elaborar los patrones más exquisitos y los diseños más rompedores para idear alfombras estampadas.
No les vamos a quitar el mérito, pero nunca han conseguido destronar al concepto básico: lo que aporta a la decoración una buena alfombra lisa.

Mientras que una alfombra estampada intenta expresarse y necesita un diseño como razón de existir, de convencer, una alfombra lisa, por el contrario, está de vuelta de todo. No tiene nada que explicar porque ya está todo dicho y simplemente existe como centro del ambiente, mandando y templando con su textura y color.
Las alfombras lisas tienen campo gravitatorio propio, porque elegidas sabiamente y bien complementadas en la decoración funcionan como la primera piedra de un edificio: la base sobre la que se construye el ambiente.
Las alfombras lisas (de superficie lisa y color liso) se definen básicamente por la ausencia de dibujo. Son alfombras intemporales, universales, eclécticas y hasta ecumémicas (qué rayos significará ecuménico).
Una alfombra lisa no te libera de responsabilidades a la hora de elegirla, pero te pone al mando y te permite tomar el control porque es más fácil diseñar una estancia a partir de una idea de color o de una sensación. Y ese lienzo en blanco (o en el color que elijas) es la alfombra.

El color, elemento fundamental de las alfombras lisas
Por eso el color en las alfombras lisas es fundamental, porque el color es el que manda.
¿Eso significa que elegir una alfombra lisa solo es escoger el color y listo? No, ni mucho menos.
Por supuesto que el color, si ya es importante en una alfombra estampada, lo es mucho más en una alfombra monocolor (que no significa que el color sea mono, aunque también).
Porque el color no miente, como cuando te encuentras a alguien y le dices “me alegro de verte”. El color define, orienta, matiza, integra, excluye, participa y hace muchas cosas más, aunque lo veas ahí quietecito, en el suelo.

Las alfombras lisas tienen tres características principales:
1. Permiten regular la temperatura del color
La utilización de tonos cálidos o fríos depende de nuestro gusto, del ambiente donde se vayan a integrar y del tipo de emplazamiento (no es lo mismo un despacho de notaría que una habitación infantil).
Una alfombra lisa es el vehículo perfecto para crear el ambiente cálido – frío en función de nuestra idea. Si quieres calidez para el salón y no sabes por dónde empezar, un ocre, beige o camel suele ser el punto de partida para crear ambientes cálidos.
Los beiges, crudos y neutros pueden cumplir la misma función, sobre todo si se apoyan en otros elementos cálidos como suelos de madera, etc.
La temperatura del color también se puede utilizar para conseguir un efecto inverso, o neutralizador. Como cuando conviene rebajar una decoración muy recargada con un tono neutro o frío, como grises, azules o crudos.

O a la inversa cuando la decoración se nos ha quedado un poco como zumo de chichinabo y no es ni fú ni fá: tal vez una alfombra lisa de color vivo sea el antídoto contra el aburrimiento, que, en decoración, está prohibidísimo.
2. Permiten regular la intensidad y la luz
Algo parecido a lo anterior hacen las alfombras lisas, pero con la luz.
Una habitación oscura nunca agradecerá lo bastante una alfombra lisa y clara. A no ser que celebres en tu salón la convención de Góticos. Pero incluso en ese caso tienes estupendas alfombras lisas negras que harían las delicias de Morticia Adams.
Una habitación demasiado iluminada tal vez pida una alfombra oscura que contraste, especialmente si las paredes son blancas.
Antes de elegir el color y la intensidad hay que reflexionar y pensar qué pide la habitación en cuestión. ¿Necesita más luz, o menos? ¿Más intensidad, más color, menos o es indiferente?

Por ejemplo, los mismos colores se ven radicalmente distintos si los confrontamos en sus versiones saturadas que en tonos pastel.
Elige los pastel para ambientes tranquilos y relajantes, y tonos saturados para conseguir decoraciones más enérgicas.
3. Transmiten sensaciones vía color y textura
El color es sensorial por naturaleza. Por eso los colores están sujetos a reacciones emocionales: porque son transmisores de emociones.
Cada color o grupo de colores se asocia a determinados estados de ánimo. El rojo es el color de la pasión, la furia y la agresividad (bien entendida).
Los verdes y amarillos son colores alegres, los ocres y beiges suaves y relajantes, los azules tranquilos y energéticos, los rosas, morados y lilas delicados y románticos.

Nada como una alfombra lisa será capaz de ofrecer esas sensaciones en estado más puro. Es como un concentrado de sensación puesto en el suelo, irradiando a toda la habitación.
Alfombras acogedoras con pelo
La mayoría de alfombras lisas son alfombras con pelo cálidas y acogedoras por naturaleza.
Aunque dentro de ese tipo hay muchas variantes. Empezando por la longitud del pelo, que va desde pelo cortísimo hasta alfombras shaggy de pelo muy largo.
Hay variedad de materiales: poliamida, poliéster, polipropileno, nylon, microfibra…
También hay diferencias en lo compacto del tejido, de modo que hay alfombras blanditas en las que se hunde el pie y otras más firmes que aguantan la pisada.

En las alfombras lisas hay, como en todos los tipos de alfombras, alfombras ya hechas y cortadas, pero la mayoría de las alfombras de este tipo se hacen a la medida: es la mejor manera de aprovechar las infinitas posibilidades de estas alfombras.
Pero vamos a explicar de manera más esquemática…
¿En qué tenemos que fijarnos al elegir una alfombra lisa?
1. Grosor
El grosor del pelo es una de las cosas que más nos importan a la hora de comprar la alfombra, ya que define en gran parte su naturaleza y su aspecto.
Es realmente una cuestión de gustos, ya que no hay ningún parámetro objetivo que haga que una alfombra sea mejor, peor más o menos duradera por ser más o menos gruesa.
Por lo general, las alfombras de pelo largo y más mullido hacen un efecto más acogedor, sobre todo si son de pisada blanda que permite hundirse al pie. Pero tu gusto particular es el que decide.

2. Grado de firmeza
Hay alfombras lisas de pelo en las que el pie se hunde amorosamente al pisar y en cambio hay otras que son firmes como moquetas.
Nuevamente, es cuestión de gustos, pero no existe un patrón que diga que una alfombra blanda deba ser por ejemplo de pelo largo y una firme de pelo corto: eso depende de lo compacto del hilado y de la naturaleza del hilo (aunque cuanto más largo es el pelo más blandas suelen ser).

3. Textura y marcas de pisada (aguas)
Una característica principal de las alfombras lisas es lo que a todos nos encantaba descubrir de pequeños: que si le pasas el dedo o la mano a la alfombra el pelo cambia de dirección, cambia también la incidencia de la luz y por tanto el color.
Ya hemos creado una textura, marca o reflejo (hay quien le llama ‘aguas’).
En mayor o menor medida todas las alfombras lisas tienen esta característica, pero mientras que en algunas es muy acusada (hasta el punto que una alfombra clara al pasar la mano en contradirección hará que el pelo parezca oscuro en comparación), en otras el efecto es muy poco aparente.
Parece una característica menor, pero muchas veces en las alfombras lisas es lo que más lo define, por eso es importante verla en la tienda o preguntar al establecimiento si la compamos online.
Las aguas son una parte esencial del encanto de las alfombras lisas, pero cuánto efecto quieres es cuestión de gusto personal.

4. Brillos
Los tejidos de poliamida o poliéster con el que se hacen la mayoría de alfombras lisas admiten muchos acabados posibles.
Hay alfombras completamente mates (suelen ser las que menos ‘aguas’ hacen) y las hay con mucho brillo, que les aporta una viveza extraordinaria, ya que cambian con los ángulos de visión, las marcas y la incidencia de la luz.
Y de igual modo que en punto anterior hablamos de la textura formada por las marcas de pisadas, los brillos del tejido son muy importantes para el aspecto final de la alfombra. Dadas dos alfombras del mismo color, una mate y otra con brillos y aguas parecerán tan distintas como la noche y el día.

5. Resistencia y uso
Hay muchas clasificaciones de resistencia dentro de las alfombras. Hay alfombras lisas preparadas para uso intensivo, no solo en hogares, sino también uso intensivo comercial.
Es decir, que también en tu comercio, local o negocio puedes colocar una alfombra lisa sabiendo que te va a durar mucho tiempo a pleno rendimiento.
Pero si el uso que le vas a dar es doméstico, no hace falta gastar más por una alfombra de uso intensivo. Fíjate en la clasificación de la alfombra y en caso de duda consulta a la tienda.

6. Composición
La mayoría de alfombras lisas de pelo son de poliamida, un material suave y polivalente que hace estupendas alfombras acogedoras. Tanto se hacen alfombras de pelo largo y suelto como alfombras apretadas de nudo pequeño para usos comerciales.
El poliéster, el nylon o la microfibra también son materiales habituales para este tipo de alfombras, y ofrecen plena garantía igualmente.
Sin olvidar los materiales naturales, principalmente la lana, que crea alfombras lisas con textura natural con diferentes tamaños de nudo. Son muy resistentes, aunque no tan fáciles de mantener como las alfombras sintéticas.

Aquí puedes encontrar una tabla comparativa de todos los modelos de alfombras lisas de nuestra web, para ayudarte a seleccionar la que más se ajuste a lo que necesitas.