Dentro de las alfombras con pelo existen dos familias que, aunque no son irreconciliables, como los Capuleto y los Montesco, sí que presentan diferencias: las alfombras de pelo corto y las alfombras de pelo largo.
Cada una tiene su carácter y sus particularidades, de modo que para elegir entre uno y otro tipo hay que tener presentes todos los detalles.
La dicotomía pelo corto-pelo largo también pasa en la vida real, no creáis, porque si hablamos de pelo, las modas capilares han cambiado constantemente a través de la Historia. Por ejemplo, los egipcios llevaban el pelo corto, según vemos en las pelis. Los sumerios… no lo sabemos porque no hacían pelis y los espartanos tampoco sabemos, porque sí las hacían pero lo llevaban debajo del casco.
En la revolución francesa se llevaba el pelo largo, pero daba igual: te lo cortaban, cabeza incluida. En la Edad Media los monjes se lo rapaban por la coronilla pero los juglares lo llevaban largo, como los Beatles, y en los 70 hasta Del Bosque tenía pelo largo.
Así que ya veis que decidir entre una alfombra de pelo largo o una de pelo corto es un viejo problema al que vamos a buscar solución en este post.
Antes que nada aclaramos que entendemos como alfombra con pelo toda aquella alfombra cuya superficie tenga el hilo cortado, no trenzado ni anudado, con independencia del material y la longitud del hilo. Es decir, que no contamos en esta definición de alfombras con pelo las alfombras de nudo.
Eso causa la paradoja de que haya alfombras con pelo tan corto como un Marine del ejército, que son mucho más finas que otras alfombras textiles de nudo tipo boucle, por ejemplo, pero su filosofía es distinta: cuando una alfombra es de pelo, enseguida se reconoce porque tiene un carácter distinto.
Los límites entre pelo largo y corto
¿A partir de qué longitud del pelo una alfombra la llamamos de pelo corto o largo? Realmente, no os vamos a engañar, no hay una norma universal ni está reglamentado de ninguna manera, hasta el punto que es un concepto que cada cual maneja a su manera.
Para complicarlo más, la longitud del pelo no es en sí tan determinante como la combinación entre longitud y compacidad del tejido. Es decir, una alfombra de tejido muy compacto y firme con pelo de 12 cm puede parecer más baja y fina que una de pelo de 10 mm suelto y disperso, que forme aguas o textura irregular.
Pero para simplificar vamos a considerar que el límite de alfombras de pelo corto hasta aproximadamente unos 10-12 mm y desde ahí y hasta el infinito y más allá, a una alfombra la consideraremos de pelo largo.
Alfombras de pelo largo: la alfombra acogedora y hogareña por excelencia
Las alfombras de pelo largo representan el arquetipo de alfombra hogareña. Son alfombras que vienen al mundo con las zapatillas puestas, dispuestas con su textura a hacernos sentir como en nuestra casa, pero por partida doble.
Su éxito se basa en su actitud inequívoca: mientras que hay alfombras que tratan de usted, estas alfombras te tutean, pero sin falsas confianzas. Son más entrañables que la tía Paqui y tan simpáticas como el chico del quiosco de la esquina.
Son alfombras ideales para el invierno y los meses fríos, y tienen la propiedad de tener un gran efecto de absorción de ruidos.
El paradigma de alfombra de pelo largo serían las alfombras tipo shaggy, densas, intensas y con el hilo más largo que los agradecimientos de un ganador del Oscar. Son alfombras en las que, si tuvieran ADN y pudiéramos verlo al microscopio, leeríamos “Mi casa” en letras bien grandes.
Su pelo largo y suelto es capaz de remedar el efecto del viento sobre la hierba alta de las praderas mecidas por el viento.
Son alfombras que te conocen y saben a qué hora llegas a casa porque están esperando sentir tus pies sobre ella tanto como tú a la viceversa.
Una de las características más acusadas de las alfombras tipo shaggy o de pelo muy largo es la capacidad que tienen para crear textura con su pelo revuelto y desenfadado.
Tienen una marca de pisada muy acentuada, lo que contribuye a su viveza que las hace más entrañables que la barriga de un cachorro de Golden Retriever.
Pero no todas las alfombras de pelo largo son shaggy; sin llegar a ese concepto de exuberancia capilar, hay alfombras de pelo largo menos expansivas pero diseñadas igualmente para crear la sensación de calor de hogar.
Alfombras con hilado más o menos compacto, con pelo más o menos largo, con más o menos brillo, de superficie que registra más o menos huella de pisada, con diseño liso o estampado…
En alfombras de pelo largo la diversidad es la norma, pero todas tienen, respecto a las alfombras sin pelo, el común denominador de subir la temperatura decorativa del hogar y dedicarte una caricia cada vez que las ves.
Dónde ponerlas y dónde no
Claro que, no nos engañemos, no son alfombras para todo uso y desde luego no las calificaríamos como alfombras todoterreno, no nos vamos a engañar.
Estas alfombras están indicadas especialmente para el salón, a los pies del sofá, y para los dormitorios, a los lados de la cama. Es decir, las situaciones en las que estamos más “en casa” y el contacto con el pie descalzo es más necesario y agradecido.
No son recomendables para el pasillo ni para la entrada: el pelo largo y los lugares de mucho paso no se llevan muy bien. Y huelga decir, nos olvidamos de las cocinas y terrazas.
En el comedor mejor descartarla, a no ser que estemos dispuestos a barrer migas cada dos por tres, o que la alfombra sea de pelo muy compacto y cerrado, que aguante bien las sillas.
Ventajas e inconvenientes
Ya hemos glosado y loado sus ventajas: espíritu acogedor, tacto amoroso y aspecto acariciador son sus bazas. Pero todo tiene un precio, y las ventajas no vienen sin ciertos peajes.
Su principal inconveniente es que, a mayor cantidad de pelo, más suciedad puede acumular. Y si no queremos que en sus recovecos se formen ecosistemas que ríete tú del delta del Okawango, entonces tendremos que limpiarla con frecuencia y con mucho cuidado.
Cuanto más largo el pelo más atención requerirá, más aspirados y más frecuentes. Pero los aspiradores con cepillos agresivos o giratorios la pueden dañar y las aspiradoras robot es posible que no se puedan subir o se queden atascadas.
Igualmente son más delicadas que otro tipo de alfombras de nudo, o con menos pelo, de ahí que no sean recomendadas para lugares de mucho paso y muchas solo tengan la calificación para uso doméstico.
Con una alfombra de pelo largo en el salón tendrás que obligar a los habitantes de tu casa a descalzarse nada más llegar bajo amenaza de hacerles oír en bucle los grandes éxitos de Bisbal.
Igualmente se pueden hacer calurosas en verano y los meses cálidos, por la misma razón que apuntábamos que son ideales para el invierno.
Alfombras de pelo corto: el equilibrio entre lo acogedor y lo práctico
Muchas cosas de las dichas para las alfombras de pelo largo son válidas para las de pelo corto, pero es importante entender algunos matices.
El hábitat de las alfombras de pelo corto se despliega allí donde las de hilo más largo se hacen demasiado expansivas y las alfombras lisas o sin pelo resultan excesivamente austeras.
Es un punto de equilibrio estable en el que la calidez de una alfombra de pelo se pone de manifiesto pero sin la exuberancia festiva de sus hermanas más abundosas.
Las alfombras de pelo corto nos ofrecen una pisada suave y acogedora y un tacto que siempre agradeceremos más que una alfombra lisa. Por muy corto que sea el hilo, siempre está ahí y es una declaración de intenciones.
Como si quisiera acaparar lo mejor de los dos mundos, las alfombras de pelo corto pueden tener en ocasiones las ventajas de las alfombras sin pelo, sin los inconvenientes de las alfombras más peludas.
Como por ejemplo, tener una facilidad de limpieza mucho mayor, que permitan el paso de aspiradoras robot, o que tengan hilados muy densos y apretados que las igualen en resistencia y aspectos prácticos a muchas alfombras sin pelo.
La heterogeneidad y diversidad vuelve a ser la marca de la casa, ya que el mercado nos ofrece alfombras de pelo corto con un rango de opciones más variado que los cortes de pelo de Griezmann.
Hay alfombras de pelo corto de pisada firme, pero también alfombras suaves y delicadas de viscosa, con un grosor extra fino, valga la paradoja, con su pelo recortado a unos pocos milímetros. Y las hay de consistencia casi prusiana junto a otras de amorosa microfibra que invita a tocarla y aberroncharse contra ella.
Como sus hermanas de pelo largo, las alfombras de hilo corto están disponibles tanto en alfombras de medidas estándar como en piezas para fabricar a la medida, lo que multiplica las posibilidades de selección.
Por último, el pelo corto en las alfombras sirve tanto para decorar en tono liso, creando ambientes con el color, como para decorar con diseños estampados llenos de detalle y fantasía, en un rango de estilos que van de lo clásico a lo más vanguardista.
Dónde ponerlas y dónde no
Nuevamente, los salones y dormitorios son el hábitat preferente de estas alfombras. Pero a diferencia de las de pelo más largo, estas alfombras son aptas para lugares como el comedor o el pasillo, siempre que el hilo sea denso y más bien corto (especialmente de materiales sintéticos muy resistentes como el polipropileno).
Salvo que ese sea el caso, es mejor evitar zonas de mucho tránsito.
Ventajas e inconvenientes
La principal ventaja de las alfombras de pelo corto es el equilibrio entre ventajas e inconvenientes, ya que no son tan extremas como las de pelo largo.
Son menos proclives a acumular polvo y suciedad, y el aspirado es más sencillo. Incluso el robot aspirador tendrá más fácil subirse a ellas y no quedarse atascado.
Son más fáciles de mantener, lo que implica menos quebraderos de cabeza. También son alfombras más universales para todo tiempo, y no nos agobiarán tanto en verano con el calor.
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