Hay más estilos de decoración que excusas tienen tus hijos para ponerte cuando llegan tarde. Y si hablamos de alfombras que acompañen a los diferentes estilos, para cada uno hay miles de alfombras posibles que podemos combinar.
De modo que las opciones de decorar un ambiente son tantas que tendrías que pedirle un ordenador cuántico a la Nasa para calcularlas y no te digo cómo te quedaría la cabeza.
Así que no vamos a pretender navegar sobre mares procelosos (qué rayos significará proceloso) sentando cátedra sobre estilos decorativos, tipos de alfombras y composiciones perfectas, posibles o plausibles para combinar cada alfombra con su estilo decorativo.
Pero sí que vamos a poner ejemplos puntuales de ambientes felices, en los que el maridaje, por decirlo en términos enológicos, entre alfombra y entorno desprende cierta chispa, una afortunada serendipia que te hace no querer buscar más, porque como dijo Schopenhauer, cuanto más veo más me lío.
Bueno, igual no fue Schopenhauer quien lo dijo pero el caso es que es una gran verdad.
(Nota: todas las alfombras que mencionamos las puedes encontrar en nuestra web, salvo que cuando estés leyendo esto se hayan descatalogado)
1. Alfombra para estilo clásico renovado
El estilo clásico renovado, como su nombre indica, proporciona una cierta actualización del estilo clásico tradicional. Viene a ser como un pulido que consigue desprenderle del moho de los siglos de modo que siga siendo por muchos siglos más un estilo vivo y pujante.
En este espléndido ejemplo vemos paredes con molduras, suelo de roble añejo, butacones elegantes, librería enmarcada y gran espejo: este ambiente clásico pide una alfombra señorial a la vez que austera, distinguida pero no estirada, tradicional pero moderna al mismo tiempo; en suma, mezclada, no agitada.
No sabemos si los habitantes de este salón llevan monóculo o piercing en la nariz, si visten chaqué o chándal, pero da igual: la elección de alfombra de un suave tono verde tiene la virtud de vitaminar el ambiente, marcar contraste con el piso y serenar el conjunto.
El modelo elegido es una alfombra a medida Isis de micropoliéster, con un nudo compacto y apretado de un grosor de 7 mm, de pisada firme. Es una alfombra con cuerpo y personalidad, acentuada por su color verde suave.
2. Alfombra para estilo escandinavo
Como si fuera una transliteración de su clima y paisaje a la decoración de interiores, los escandinavos definieron este estilo por sus espacios abiertos, despejados, en donde el color blanco y la madera clara son protagonistas.
Se trata más de definir el espacio que de ocuparlo, porque, como saben los maestros de ajedrez, la amenaza es más fuerte que la ejecución.
En este precioso espacio dominado por la luz, la geometría y la bicromía blanco-madera natural cualquier alfombra parecería una intrusa. Por tanto, es necesario dominar los códigos y el lenguaje decorativo para osar pisar en este prístino ambiente.
Por cierto que hoy este estilo está tan extendido en todo el mundo que no hay que llamarse Ingrid o Sven para disfrutar de él.
La alfombra elegida para encajar en este espacio es una alfombra de polipropileno a medida Rustik. El color seleccionado es un gris neutro, que sirve de catalizador al resto del ambiente, apartando, modestamente, el centro de atención de sí mismo.
El diseño en espiguilla refuerza la direccionalidad de la alfombra pasillera, creando un conjunto enérgico y sereno a la vez. La alfombra es lisa, sin pelo, con certificación de uso de máxima resistencia y lavable con agua.
3. Alfombra para estilo industrial
En algún momento en el siglo XX, cuando se puso de moda (o necesidad) la ocupación de antiguos espacios industriales y comerciales para uso residencial, alguien se dio cuenta de que no solo no era necesario ocultar los elementos constructivos como metal, cemento, vigas, tuberías y demás, sino que lo que era necesario era mostrarlos para que lucieran, esplendorosos en su rústica austeridad.
Había nacido el estilo industrial, que tiene a gala presumir de su herencia y que pretende destacar –poner en valor, se dice hoy en día– la autenticidad de elementos decorativos que el convencionalismo arquitectónico solía hacer desaparecer.
En este ejemplo, una pared de ladrillo vista nos recuerda el origen laboral de la estancia. La mesa rústica bien pudo haber sido una mesa de trabajo de una carpintería y la escalera y el viejo suelo de madera nos remiten a un taller remoto. El mandil colgado de un gancho le pone la guinda al efecto.
La alfombra elegida es una alfombra de polipropileno a medida Sand. Una alfombra lisa, de nudo fino y acabado mate que encierra en sus 4,5 mm de grosor una extraordinaria resistencia y un aporte decorativo elegante y austero. Es difícil imaginar mejor alfombra para este ambiente.
4. Alfombra para estilo clásico-romántico
Una sabia combinación de delicadeza y suavidad con toques de moderado barroquismo conforman este estilo que se distingue por su finura y el primor con que se enlazan todos los elementos de la decoración, como eslabones de una misma cadena decorativa.
Elegantes butacas de lino, cojines con relieves de terciopelo, un delicado centro o bouquet de flores en la hornacina de la chimenea… una alfombra que busque encajar en este ambiente tiene ante sí la gran responsabilidad de no desentonar, en primer lugar, y en segundo, de mejorar el espacio que encuentra.
La sabia decisión es una alfombra de chenilla modelo Expression. Superficie lisa, sin pelo, tacto acogedor y un intenso color mostaza que refuerza la estancia, integrándose en el ambiente y resaltando los tonos crudos de mobiliario y paredes. Unos motivos transversales con un ligero relieve afianzan el encanto. Imbatible.
5. Alfombra para estilo infantil
Lo infantil, más que un estilo, es una etapa de la vida del ser humano que algunos afortunados logran mantener viva toda su vida (“desperté de ser niño / nunca despiertes” decía el poeta). Para los que nos hacemos adultos una habitación infantil es el reducto de nuestros remotos sueños y el hábitat donde se gestan los futuros recuerdos de los revoltosos seres bajitos.
Cuando se buscan alfombras para habitaciones infantiles nos viene a la cabeza, en primer lugar una alfombra estampada o con dibujos. Nada que objetar. Pero si queremos que un niño crezca en una habitación alegre y llena de vida, tampoco hace falta hacer una habitación Disney, para que nos entendáis.
En el ejemplo, el decorador juega con varias ideas contraintuitivas para una alfombra infantil, que se revelan muy sabias.
Dos alfombras en lugar de una; alfombras redondas en lugar de cuadradas; colores diferentes pero conjuntados para sendas alfombras. Y por último, tonos lisos, no estampados ni con dibujos, pero tonos vivos y alegres, a juego con la habitación.
La alfombra es el modelo a medida Nice. No es casual la elección para una habitación infantil porque es una alfombra muy fina, con base de goma, que se lava en la lavadora (y ya sabemos que en las habitaciones de los peques las alfombras han de ser trotonas y lavables). Textura de pelo largo y suelto. Una estupenda idea alternativa, que funciona.
6. Alfombra para estilo japonés – oriental
La cultura japonesa ha dejado su impronta en todo el planeta, con un sinfín de peculiaridades que sirven para crear espacios decorativos con sello propio y absolutamente intransferible.
El estilo japonés incorpora conceptos que también vemos en Europa, como el minimalismo, y cierta afinidad con los ambientes nórdicos y escandinavos.
Pero a la vez que emplea formas geométricas, espacios amplios y colores naturales, el estilo japonés transmite una espiritualidad serena que, más allá del tópico zen, crea un microcosmos que busca y encuentra el equilibrio con el mínimo de componentes.
Este ejemplo es de ambiente exterior, pero no por ello menos válido, ya que el suelo, la pared lisa, el fragmento de césped y una pequeña franja con grava que sirve de soporte a dos maceteros son suficientes para expresar varios siglos de cultura y sabiduría oriental.
Y en este espacio abierto pero urbano, no habría otra alfombra mejor que la alfombra de polipropileno Osaka. Es de un sisal sintético apto para exterior que se limpia con agua y jabón. Pero lo mejor es su trenzado en cuadrícula como si fuera un tatami y su tono natural, que parece una prolongación del espacio abierto.
7. Alfombra para estilo minimalista
Al grito de “menos es más” (o por mejor decir, al susurro, para predicar con el ejemplo) el minimalismo surgió como reacción contra los excesos en la vida y en la decoración (¿no es lo mismo, al fin y al cabo?).
Se trataba de quitar, no de poner; de simplificar, no de amplificar; de extraer la mera esencia de las cosas, dejando que su karma flotara y empapara de serenidad a las almas receptivas, que se libraban entonces de todo lo superfluo, ya fueran materiales, formas o conceptos.
Este ejemplo, hay que decirlo, lleva el minimalismo a su máxima expresión cromática, con un ambiente de un blanco prístino en el que el mobiliario moderno y de líneas geométricas comunica la esencia del estilo en su versión más radical.
En este entorno la interpretación del decorador encuentra inspiración en una alfombra vinílica a medida Teplon de la serie Jacquard, que combina el trenzado vinílico con la fantasía de una fina mezclilla confeccionada en telar con técnica jacquard.
El grafito del cuerpo y el gris intermedio de la cenefa acaba por redondear el marco cromático de la estancia, en la que la alfombra de vinilo sirve de receptor del estilo, devolviendo más de lo que recibe, en inspirador efecto bumerán.
8. Alfombra para estilo granja o farmhouse
Tal vez como rechazo al estilo de vida urbano o como muestra de añoranza de tiempos más rurales, el estilo granja o farmhouse busca la idealización de la vida campestre en los hogares de hoy en día.
A medio camino entre Jane Austen y La casa de la pradera, este estilo busca el encanto en materiales rústicos y naturales, tratamientos básicos y elementos en los que el proceso de fabricación sea visible, como paredes de ladrillo, vigas, muebles de carpintero y similares.
En este ejemplo un fotomural remeda una pared de madera vieja con flores estampadas, mientras que cestas de fruta de madera componen una original estantería, a la vez que la bicicleta espera su turno y un sofá de recia arquitectura contempla la escena.
Nada mejor para completar esta decoración que una alfombra de yute. El modelo elegido incluye una mandala interior, construida mediante vaciado, con intrincadas cenefas que unen la parte circular central al cuerpo de la alfombra. El yute es un material tan natural que le es imposible ocultarlo, ya que la mano que la trenzó es visible en la perfecta imperfección de sus detalles.
9. Alfombra para estilo moderno
La palabra moderno encierra tantos significados que su uso correcto requeriría un centro de interpretación. De hecho en decoración se usa tanto para un roto como para un descosido, y muchas veces fuera de contexto.
Entendemos estilo moderno el que resultó de empaparse de las tendencias artísticas de vanguardia de principios del siglo XX, que rompieron con tradiciones clásicas, barrocas y románticas con una nueva interpretación de la realidad a tono con los nuevos tiempos.
De aquellos polvos surgieron numerosos lodos, y el estilo moderno, muchas veces disperso y siempre ecléctico, se inspira en la libertad de conceptos de las vanguardias como el movimiento Bahaus.
Tal vez por ello no sorprende que el modelo de alfombra elegida para este ambiente sea precisamente la alfombra de polipropileno Bahaus, ya que su nombre define sino su estilo, sí sus intenciones.
Es una alfombra de nudo, con yuxtaposición de planos y colores en inspirada disposición, que, además de su diseño vitamínico posee virtudes como ser apta para exterior, entre otras. Es una alfombra fina y compacta de 5 mm de grosor.
10. Alfombra para estilo contemporáneo
Ya hemos mencionado que la cascada de estilos decorativos de la última mitad del pasado siglo y lo que llevamos de este crea estilos de límites difusos que a menudo se confunden, pero el estilo contemporáneo quiere distinguirse por su uso de materiales actuales, conceptos geométricos, bloques de colores y una disposición racional y ordenada del espacio.
Pero el reto de este estilo es conseguir todo lo anterior sin perder el alma, y sin entregarse en brazos de un racionalismo estéril carente de emoción.
Este espacio que observamos en visión cenital ofrece una vista limitada pero deja entrever sus intenciones. Un suelo cálido y acogedor acoge un mueble blanco y austero, un par de sofás eclécticos y una mesa blanca y minimalista.
Nada mejor para ejemplificar el estilo contemporáneo que una alfombra de vinilo de impresión digital Teplon con diseño geométrico con tantos triángulos que si los viera Pitágoras caería en un bucle de alucinaciones teoremáticas.
Es una alfombra estampada de cuerpo fino, bordes rectos y superficie lisa que se imprime con plotters de última generación con secado por luz ultravioleta. Nada mejor que una alfombra que muestra la tecnología de nuestro tiempo para simbolizar el estilo contemporáneo.