¿Cuáles son las mejores alfombras para uso comercial, es decir, alfombras para locales, oficinas, despachos y sitios públicos en general?
Hay un montón de sitios públicos que necesitan alfombras. Spas, locales comerciales, despachos, consultas, salas de espera, centros de estética, peluquerías, centros comerciales y muchos más. Pero elegir una alfombra de uso comercial o industrial no es como elegir una alfombra para casa.
Bueno; sí lo es en cierto sentido, ya que hay cosas que nunca cambian sea cual sea el entorno: que siempre quieres prestar atención a la decoración, a la combinación de colores y a la textura y que la alfombra sea una pieza clave que defina el ambiente y lo refuerce.
Pero una alfombra para uso comercial tiene unos exigentes requisitos más allá de la decoración. Ya puedes haberte enamorado de esa preciosa alfombra vaporosa de pelo largo, que va a ser que no; si intentas ponerla en un lugar público te durará menos que la inocencia de un concursante de Supervivientes.
Requisitos de una alfombra de uso comercial
1
Lo que nos lleva al primer requisito: durabilidad. La duración de una alfombra para sitios públicos debería medirse en eras geológicas más que en años humanos.
Bueno, o casi. A no ser que tengas presupuesto tipo Bill Gates y no te importe cambiar de alfombra cada año, en cuyo caso tú no estarías leyendo esto, sino tu secretario.
2
La resistencia es la segunda condición sine qua non que ha de demostrar una alfombra para uso comercial o industrial.
Una alfombra para un vestíbulo de un centro comercial por ejemplo debería ser tan resistente que la podrías poner en el puente de mando de una nave Klingon y resistir el ataque de los Borg.
3
La facilidad de limpieza es obligada, ya que en un lugar público sencillamente no es admisible una alfombra de mantenimiento complicado, a no ser que no te importe ser presa de los nervios cada vez que se produce un desaguisado.
4
La adecuación al ambiente es fundamental. Es decir, encajar el estilo de la alfombra, su confección, textura y color en el lugar en particular donde va a ir y sobre todo, al uso que se le va a dar.
Por ejemplo, una alfombra para el hall de un museo tendrá que ser lisa y fina, mientras que una joyería requerirá una alfombra acogedora de pelo corto.
Clasificaciones de uso de las alfombras
Las alfombras se clasifican en función de su resistencia, en la siguiente escala:
- Uso doméstico
- Uso doméstico intensivo
- Uso comercial
- Uso comercial intensivo
- Uso industrial
- Uso industrial intensivo
A no ser que tengas especiales requerimientos tipo heavy duty o quieras una alfombra para la convención anual de Orcos, para la mayoría de lugares públicos el uso comercial o comercial intensivo debería ser suficiente.
No obstante, el uso industrial está garantizado con las alfombras más duras como las vinílicas, con las que podrías alfombrar la ruta de la migración anual de los ñús sin que hiciera falta más que pasarles la fregona al acabar (a las alfombras, no a los ñús).
Si la alfombra no especifica la clasificación, la tienda (por ejemplo, nosotros) estará encantada de explicarte la certificación de resistencia de cada modelo en particular. Estas certificaciones deben ser conformes a las normativas comunitarias.
Formato de la alfombra: moqueta pared a pared o alfombras cortadas
Las alfombras para uso comercial tanto pueden adoptar la forma de moqueta, es decir, una pieza única colocada de pared a pared y rematada por los reposapiés, como de alfombras separadas y cortadas.
La primera forma suele ser la más habitual en despachos, oficinas y determinados tipos de comercio, aunque las nuevas tendencias de decoración que enfatizan los suelos hacen que hoy en día se tiendan a diseñar los espacios más con alfombras separadas que delimiten los espacios de otra manera y que contribuyan a conseguir una decoración más rica y compleja.
En cualquier caso esta distinción es más estética que práctica y no afecta a la decisión de qué alfombra elegir. Además, en casi todos los casos las alfombras de uso comercial se realizan a medida y por tanto con cualquier tipo de remate, corte y acabado posible.
Materiales, estilos y texturas para alfombras de uso comercial
Ahora es cuando viene la madre del cordero (pobre ovejita, qué culpa tendrá ella que siempre la mencionan): elegir la textura y confección adecuada al uso y lugar.
Porque en el mercado encontramos texturas muy diversas aptas para confeccionar alfombras de uso comercial e industrial. Veamos los principales materiales con los que se confeccionan:
Las alfombras vinílicas son las de máxima certificación de resistencia, incluso llegando al grado industrial intensivo.
Su cuerpo es fino y liso. Con un grosor de 3 mm son ideales para grandes superficies en las que el paso continuo de gente no puede verse amenazado por tropezones intempestivos.
Centros comerciales, tanatorios, exposiciones, centros de congresos… allí donde el paso de gente sea altamente exigente es necesaria una alfombra inmune al trato duro y que se quede pegada al suelo.
¡Ah! Y que la limpieza sea tan sencilla como pasarles la fregona industrial al final del día.
Además, su carácter austero pero con textura y su vocación de estilo industrial las hacen altamente decorativas e integrables en ambientes corporativos.
Las alfombras de polipropileno están entre las más resistentes, con certificaciones de hasta uso comercial intensivo.
También llamado sisal sintético, es la favorita de oficinas y despachos que buscan una decoración más cálida sin perder ninguna de las virtudes prácticas del uso comercial intensivo.
Es una alfombra que permite crear ambientes de trabajo tan cálidos como los que conseguiríamos con alfombras de sisal real, solo que con una resistencia y durabilidad infinitamente mayor, por no hablar de su facilidad de limpieza.
Este tipo de alfombras son impermeables y por tanto lavables con agua, además de los procedimientos habituales de limpieza de oficinas y despachos.
Su textura es de nudo con diversos tipos y grosores y tipos de nudo. En cualquiera de ellos conforma alfombras sin pelo, lisas, altamente resistentes e higiénicas (aunque también las hay de pelo corto).
Con las poliamidas sintéticas se fabrican excelentes alfombras de uso comercial, tanto con trenzado de nudo como en formato de alfombras de pelo corto.
Las poliamidas son fibras que existen en la naturaleza (la lana y la seda son poliamidas, sin ir más lejos), pero también se han sintetizado para conseguir materiales tan resistentes, por poner un ejemplo extremo, como el kevlar.
El nylon es una de las poliamidas sintéticas más conocidas. No es el caso de ahondar en los subtipos, pero baste saber que las alfombras de poliamida son por definición muy resistentes, y que permiten confeccionar alfombras con pelo que son aptas para uso comercial.
Lógicamente son de pelo corto porque eso facilita las labores de limpieza y mantenimiento, además de la comodidad de pisada requerida para un uso comercial.
Son perfectas para establecimientos que necesitan una decoración más íntima y cercana, con un toque acogedor y cálido.
El Econyl es un material que brilla con luz propia dentro de las poliamidas. Se trata del reciclaje de poliamidas recuperadas de diversos usos, muchas veces contaminantes, como por ejemplo la retirada de redes de pesca abandonadas.
Este material de deshecho sufre un proceso de despolimerización y se recicla reelaborándose en forma de Econyl, material muy resistente que permite hacer robustas alfombras de nudo aptas para uso comercial intensivo en multitud de tipos de establecimientos.
Decíamos antes que la lana es una poliamida natural. Y efectivamente, con la lana también se pueden hacer alfombras de uso comercial.
Tal vez sea el material más frágil de los que admite uso comercial, pero a cambio aporta una calidez y naturalidad inimitables.
No cualquier alfombra de lana soporta el uso intensivo: preferiblemente las de nudo pequeño y apretado, y siempre que el uso comercial sea moderado. Recuerda que la tienda debe ayudarte en caso de dudas con la certificación.
¿De pelo, trenzada o de nudo?
El material de la alfombra puede condicionar el estilo o su textura. Si queremos una alfombra vinílica tendrá que ser lisa, sin pelo.
Y si la queremos con pelo, tendrá que ser de alguna poliamida o de hilo de polipropileno. Las alfombras de nudo deberán ser de lana o polipropileno.
Parece un puzzle o un tetris algo complicado, pero no lo es. Lo más fácil para elegir es decidir primero el tipo de alfombra que queremos para el espacio a decorar (es decir, el aspecto y textura que buscamos) y a partir de ahí revisar las opciones.
Recuerda que para este tipo de elecciones profesionales las tiendas estamos para ayudarte, tanto en la confección del presupuesto como en el asesoramiento acerca de materiales y colores.