Las alfombras infantiles o pequealfombras, como nos gusta llamarlas, son los complementos perfectos e imprescindibles de una buena decoración para las habitaciones de los más pequeños.
Y es que decorar correctamente una habitación infantil no es cualquier cosa. Con razón dijo un sabio que su patria era la infancia.
Desde el punto de vista biológico un niño es una agrupación de células que transforma el alimento en jaleo.
Pero, más allá de eso, la niñez es ese lugar en el que, sin saberlo, creamos el adulto que seremos mientras solidificamos los felices recuerdos que nos acompañarán toda la vida.
Cuando éramos niños cantábamos por la mañana, reíamos bajo el sol, corríamos bajo la lluvia y escuchábamos a nuestros mayores. Ahora, ya de adultos, nos preocupamos por todo, se nos agotan las fuerzas y no escuchamos a nadie… pero eso es otra historia.
La infancia es el hogar de la alegría y de la risa («ríete mucho / es tu risa en tus ojos / la luz del mundo«, dijo otro sabio). Y esa alegría contagiosa es la que tenemos que saber transmitir a través de la decoración (y por supuesto, con la ayuda de la alfombra infantil).
Por eso, como adulteces tenemos varias pero infancia solo una, vamos a tratar de alfombrar los recuerdos de nuestros peques con alfombras infantiles risueñas y coloristas.
¿Qué le tenemos que pedir a una alfombra infantil?
Si hacemos un pliego de condiciones de lo que debería tener una alfombra para niños, habría varios requisitos básicos:
Debe ser alegre
Una alfombra infantil debe ser alegre por naturaleza. Eso no significa necesariamente que tenga que ser estampada o con dibujos. Por supuesto, hay estampados infantiles que tienen el éxito asegurado, pero también con alfombras lisas podemos jugar con el color y la textura para crear alfombras vivarachas muy indicadas para los peques.
Debe ser divertida
Si estás pensando en poner en la habitación infantil la misma alfombra que un notario en su despacho, como que no. Ya elegirá la alfombra para la notaría cuando sea mayor. Tampoco es necesario que la alfombra cuente chistes, pero una alfombra infantil debe tener un punto de distracción y entretenimiento, bien por su color o por su estampado o diseño.
Debe ser segura
Vale, estamos hablando de una alfombra, así que los problemas de seguridad nunca van a ser graves, pero una alfombra para niños debería ser antialérgica, no acumular polvo, no tener flecos o piezas que se puedan separar, y tener una superficie lisa en la que puedan jugar fácilmente sin pensar en más.
Debe ser práctica
Las alfombras delicadas y de mantenimiento complicado están contraindicadas para las habitaciones infantiles. Porque ya sabemos que una alfombra infantil se va a manchar sí o sí, así que si la alfombra no es práctica será un quebradero de cabeza: no queremos alfombras que sean un problema, sino una solución.
Debe ser lavable
Por lo mismo que acabamos de decir, una alfombra infantil debe ser lavable de manera fácil y no problemática. Bien en lavadora, bien pasándole la fregona o de cualquier otra forma sencilla, este es un requisito imprescindible.
Materiales y texturas de alfombras infantiles
Alfombras infantiles acolchadas
Para los más pequeños entre los pequeños las alfombras infantiles de tacto suave y acolchado son las reinas.
Muchas se confeccionan con superficies lisas y materiales suaves al tacto, como por ejemplo la microfibra, que invita a tocarlas y pisarlas con el pie descalzo (y no solo a los pequeños, sino a los mayores también).
No solo porque sean blanditas y acogedoras, sino porque su base suele ser de fieltro con aplicaciones de goma que la sujetan al piso sin que se muevan.
Los estampados y dibujos infantiles son obligados en este tipo de alfombras: las hay con diseños que buscan incentivar la imaginación con paisajes y animales de todo tipo.
Otros ayudan a jugar, como si la misma alfombra fuera un tablero de juegos. O enseñan mientras juegan, como las clásicas alfombras que recrean un parque de tráfico, con sus señales, rotondas y todo (ahora solo falta que los niños nos enseñen a los adultos a circular correctamente por las rotondas).
Alfombras para niños con formas
Una de las maneras de hacer una alfombra infantil divertida y con encanto es acudir a las alfombras con formas especiales. Alfombras con forma de osito (o de gominola gigante, por ejemplo), de piedra, o aunque sea solo redonda.
O alfombras con forma de media luna, o con cortes especiales que aporten un plus de diseño y originalidad. Aunque sean alfombras lisas, sin estampados, las superficies de pelo corto y suave o incluso de pelo largo con textura ‘animal’ resultan muy indicadas para habitaciones infantiles.
Alfombras infantiles estampadas
Sea cual sea el tipo de alfombra infantil, los estampados con diseños específicos siempre son un valor seguro, porque atraen la atención de los niños.
¿Qué motivos? ¿Flores? ¿Dinosaurios? Tanto da. Lo que importa es crear un entorno colorista y estimulante en el que los niños se sientan a gusto y puedan disfrutar de su alfombra, que, no olvidemos, va a ser su lugar de juegos.
Además de las alfombras de materiales ‘clásicos’, un tipo de alfombra que a primera vista nos parece tan poco infantil como las de vinilo, por ejemplo, nos ofrece muchas posibilidades con alfombras vinílicas impresas con motivos de todo tipo.
Alfombras infantiles lisas: jugar con el color
Y ya que hablamos de las alfombras vinílicas, sabemos que cumplen muchos de los requisitos para alfombras infantiles: prácticas, súper resistentes, de superficie lisa, fáciles de limpiar…
Aunque habitualmente las solemos ver en tonos beiges y grises (que resultan perfectas para las zonas ‘serias’ de la casa), este tipo de alfombras disponen además de una gama de colores vivos que, si los sabemos seleccionar y combinar, harán una estupenda y alegre alfombra infantil.
También con las alfombras lisas con pelo podemos jugar con tonos y combinaciones de colores vivos para crear entornos alegres y acogedores llenos de energía. ¿Por qué no jugar con las formas (redonda-cuadrada) y con las combinaciones de tonos para crear ambientes infantiles súper acogedores?
O, si prefieres decoraciones infantiles no tan vitaminadas, una alfombra de pelo corto mullida y acogedora en tonos suaves, crudos, azules, rosas, verdes o de cualquier color que complemente la decoración principal hará de la habitación de los pequeños un refugio tranquilo.
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