Qué tipo de alfombra para cada habitación de la casa

Cada vez que compras un alfombra te habrás preguntado… ¿qué tipo de alfombra es la ideal para cada habitación de la casa?

Es una duda profunda, como cuando te preguntas si el futuro llega ya o aún tarda un poco. O como cuando el peque te preguntó si los osos de peluche comían focas de peluche.

La diferencia es que esta duda es muy importante para nuestra decoración. Porque en ella las alfombras son pieza clave, y con tantos tipos y calidades de alfombras que hay en el mercado parece cada vez más difícil elegir bien.

Vivimos en la sociedad de la especialización. Tenemos trescientos tipos de quesos. Hay vinos para el aperitivo, para el pescado, para la carne y para la sobremesa. Y en una mesa de diez personas se pide el café de once formas distintas.

Alfombra chenilla de pelo corto

Pues con las alfombras pasa lo mismo. Tenemos alfombras con pelo largo, pelo corto y sin pelo. Alfombras acogedoras y cálidas como la barriga de un perrito o adustas e industriales como un decorado de Matrix.

Hay alfombras blandas y alfombras duras; algunas son muy resistentes y otras delicadas. Las tenemos lisas y estampadas, con flecos o con ribetes, Hay alfombras alegres y coloristas y otras color panza de burro.

Y para complicarlo más, hay alfombras muy similares a la vista pero radicalmente diferentes en su composición, resistencia y facilidad de limpieza.

La abundancia y diversidad son siempre una riqueza, pero muchas veces querríamos tener menos opciones o al menos, una guía para no perdernos dentro de este laberíntico maremágnum.

Por eso vamos a tratar de acotar un poco los tipos de alfombras más indicados para cada lugar o habitación de la casa.


Alfombras para el salón

El salón es la pieza de la casa que admite más variedad a la hora de elegir alfombra. De hecho, podemos elegir casi cualquier alfombra para el salón, a condición de que nos guste (aunque a veces acabes comprando la que le gusta a tu pareja, o peor, a tu suegra).

Alfombra de salón de pelo corto

Los elementos clave para elegir son:

  • El estilo de decoración que tengamos.
  • El trato que le vamos a dar.
  • Nuestro gusto personal (pelo largo, corto, o sin pelo).

El salón es el lugar en el que pasamos más tiempo y es normal que demos preferencia a las alfombras cálidas y acogedoras. Las alfombras con pelo siempre tienen un plus en ese aspecto que las alfombras sin pelo.

Una alfombra de pelo largo en la que hundir los pies es como estar en el sofá acompañado de un oso polar, pero sin el riesgo de que te coma. La contrapartida es que su mantenimiento es más complicado.

Claro que depende del tipo de uso y de familia: si en tu casa hay por ejemplo mascotas o peques que comen helados de chocolate encima de la alfombra igual es mejor buscar otro tipo.

Pero si te gustan las alfombras de pelo largo y no te importa tener un cuidado extra en el uso o mantenimiento, hacen perfectas alfombras de salón.

Pelo corto, el acertado punto medio

Tal vez para alfombras de salón el punto medio lo dan las alfombras de pelo corto, que ofrecen el equilibrio perfecto entre calidez, aspecto hogareño y mantenimiento sencillo.

Alfombra de pelo corto

Por ejemplo alfombras lisas de las que ‘peinan’, que forman aguas al pisar, o alfombras texturadas con pelo recortado formando relieves. Estos tipos son imbatibles como alfombras de salón porque comunican profundidad y sensación de hogar.

Salvo que tengas unos requerimientos de uso muy exigentes, la ventaja del salón es que no tienes que preocuparte mucho por la materia prima, porque con un uso razonable casi cualquier material es válido: yute, sisal, poliéster, chenilla de algodón, poliamida…

Los cambios en los gustos modernos ha llevado al salón otros tipos de alfombras que hasta hace poco formaban parte de otros ámbitos, como las alfombras de vinilo o polipropileno.

En la actualidad hay alfombras trenzadas vinílicas de colores cálidos llenas de textura que poco tienen que envidiar a las alfombras más clásicas.

Alfombra vinilo para salón

Todavía hay quien piensa que su superficie sin pelo las hace frías para salón, pero eso es como comprarse un Ferrari y quejarse de que tiene poco maletero. Cada cosa tiene su punto.

Alfombras para el comedor

Los consejos para el salón son de aplicación para el comedor, con un par de salvedades. En primer lugar, tenemos que elegir un material que no sufra con la acción constante de las patas de las sillas (tampoco es mala idea poner fieltros suaves en las patas de las sillas para minimizar la fricción).

Igualmente evitaremos las alfombras de mucho pelo para evitar que se creen ecosistemas por los restos de comida que acaben en las profundidades de la alfombra.


Alfombras para el pasillo y recibidor

El pasillo y por extensión su primo hermano, el recibidor, necesitan alfombras específicas. Porque a diferencia de otras estancias más libres, su pliego de condiciones es más implacable que el reloj de Master Chef.

Como deben soportar el tránsito más fuerte de toda la casa, han de ser resistentes. También deben ser planas, para evitar tropezones. Y se tienen que limpiar con facilidad, por razones obvias.

Alfombra fina de pasillo

Todo eso nos va dibujando alfombras con una doble característica: sin pelo o de pelo corto, y materia prima sintética y resistente.

En alfombras de pelo corto son recomendables alfombras de pasillo de poliamida, poliéster, o el infatigable polipropileno, que se limpia con agua y una esponja.

En cuanto a diseño, hay alfombras específicas con ancho de rollo fijo para cortar a la medida con motivos clásicos, modernos, lisos o estampados, a tu preferencia.

Para el recibidor a veces necesitamos alfombras muy finas para que la puerta pueda pasar por debajo. Por esto y por su infinita resistencia las alfombras de vinilo también son ideales para pasillos y recibidores.


Alfombras para la cocina

Para una alfombra delicada, la cocina es territorio comanche. El enemigo. El lugar de sus pesadillas. Porque en ningún sitio una alfombra sufre tanto como en la cocina (excepto en el Congreso, oyendo los debates, pero las alfombras de allí ya están acostumbradas).

Alfombra para cocina

Una alfombra de cocina ha de tener espíritu guerrero, al modo espartano. Como los 300, debe estar lista para la batalla, no quejarse de las contingencias y aguantar con estoicismo lo que le caiga, que será mucho.

Ni que decir tiene que no todas las alfombras tienen lo que hay que tener para ser alfombra de cocina. Nuestra recomendación va en dos direcciones que parecen opuestas pero que son igualmente válidas como alfombras de cocina.

En primer lugar, las alfombras fregables con fregona o lavables con esponja y agua, como las alfombras vinílicas o de polipropileno.

Superficie lisa, alta resistencia y limpieza imbatible (le pasas la fregona y ya) son sus cartas credenciales, que ya querría para sí cualquier embajador. Además son planas y quedan pegadas al suelo, con lo cual, miel sobre hojuelas.

Cocina con alfombra de vinilo

La otra alfombra que puede ser útil en la cocina es la alfombra de algodón de toda la vida, llámale farrapo, jarapa o sus equivalentes. No le pasas la fregona, no queda pegada al suelo, no tiene la misma prestancia, pero cuando está suficientemente sucia la metes en la lavadora y ya está lista para otra batalla.


Alfombras de terraza y jardín

En el reino del jardín y la terraza, las alfombras ya han elegido sus propias reinas. Porque ahí, donde la exigencia es máxima, en las distancias cortas, es donde una alfombra de exterior se la juega.

Y para ese viaje no hay competencia para dos materiales clave: las alfombras de vinilo y de polipropileno para exterior.

Es ponerlas y olvidarse. Listas para la intemperie, aguantarán los rayos UVA mejor que Julio Iglesias y cuando quieras limpiarlas les pasas la manguera y listo, cosa que ni siquiera tu perro te permitiría.

Alfombra terraza y jardín

Diréis que con tan pocos materiales para elegir todas serán iguales… pues no. Porque la evolución de los diseños y texturas hace que haya mil colores, superficies, nudos y variedades para que ni siquiera fuera de la casa te quede tu alfombra sin combinar.


Alfombras para el dormitorio

El caso de las alfombras de dormitorio es similar al del salón. Salvo que tengas alguna limitación específica por el uso o tu estilo de decoración, cualquier alfombra que te parezca acogedora es válida.

A los lados de la cama, no obstante, es normal que prefiramos alfombras en las que el pie descalzo se sienta recompensado con un tacto suave y acogedor. Por ese motivo, si en algún lugar de la casa tenemos alfombras de pelo largo, el dormitorio es el primer candidato.

Alfombra dormitorio

Alfombras naturales como las de yute también son muy agradecidas por su aspecto auténtico y su tacto orgánico, a la vez que aportan un punto de desenfado naturalista y bohemio.


Alfombras infantiles

Los pequeños de la casa no ven las alfombras como nosotros. Donde tú ves una pieza decorativa, el niño ve el lugar de sus juegos.

Donde tú ves un potencial trastorno de manchas sin fin, los peques ven el lienzo perfecto para expresar su creatividad (porque ya sabemos que hace los mejores dibujos de su clase, cómo no le vamos a perdonar que los haga en la alfombra).

Por definición una alfombra infantil ha de ser lavable. Eso no se discute. A partir de ahí, si es acolchada y además lavable en lavadora ya hemos ganado un punto. Hay estupendas alfombras de poliéster con estampados infantiles y base acolchada y antideslizantes.

Alfombra infantil redonda

Las alfombras sintéticas de polipropileno o vinilo son las más lavables, y por ello perfectas para los pequeños, aunque su pega sería que al ser lisas, sin pelo, no son blandas.

Tampoco es que ellos se vayan a quejar, porque así podrán jugar sobre ellas con sus legos, muñecas o camiones sin estorbos. Pero esa decisión es más de los adultos que de los niños.


Alfombras para el baño

En el baño, poca duda hay respecto a las alfombras: por un lado queremos alfombras que al pisar con el pie descalzo nos resulten acogedoras.

Alfombra para el baño

Y por otras, que se puedan mojar (obvio) y que vayan directamente a la lavadora. Y por último, que no se muevan, que los tropezones en los baños los carga el diablo.

Así que ya nos sale sola la alfombra tipo para baño: con pelo, absorbente, antideslizante y lavable a máquina. No utilices yute, que se lleva mal con el agua, ni alfombras con pelo que no sean lavables.