Los pasillos y las alfombras llevan manteniendo desde hace siglos una gran historia de amor. Y a diferencia de Romeo y Julieta, esta es de las que acaba bien.
Hoy queremos hablar de un tipo específico de alfombra pasillera que ofrece un rendimiento único: las alfombras de pasillo vinílicas. Porque la combinación de pasillo más alfombra de vinilo es, sencillamente, imbatible.
También en este otro post hablamos por extenso de las alfombras de pasillo en general.
La premisa es que un pasillo alicaído, relegado al olvido y mal iluminado necesita una alfombra. De hecho, la pediría a gritos, si es que pudiera gritar (no te preocupes, que en caso de que tu pasillo llegue a gritar ya nos informaría Iker Jiménez).
¿Tu pasillo está olvidado? Ponle alfombra
Así que, si tu pasillo se ve, como dijo el poeta, del rincón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidado, silencioso y cubierto de polvo, te conviene repasar las necesidades específicas de una alfombra de pasillo.
Ya hemos hablado de ellas, pero no está de más resumirlas aquí:
- Debe ser muy resistente, ya que el pasillo es el lugar más transitado de la casa.
- Debe ser fina, para evitar tropezones.
- Debe ser fácil de limpiar, por el mismo motivo del punto 1).
- Y, cómo no, debe ser acogedora y decorativa, no un simple remiendo para poder ir de una habitación a otra sin estropear el pasillo.
Lo cual nos lleva a recordar qué puede ganar un pasillo con una alfombra, frente a la opción de dejarlo sin ella.
- Al ser la parte más transitada de la casa será la que más pisada va a sufrir. Especialmente con zapatos, cuando se llega de la calle, y no digamos ya en casas de campo. Por tanto, el suelo sufrirá y se deteriorará más en proporción que cualquier otra pieza de la casa. Una alfombra sirve para mitigar ese desgaste.
- Los pasillos suelen ser lugares con poca iluminación y con poca vida. Por definición, el pasillo es el lugar más oscuro de la casa, en la mayoría de las ocasiones, por lo que necesita el doble de atención. Una alfombra aportará luz y alegría.
- Solemos postergar el pasillo a la hora de planear la decoración de la casa, como si no tuviera derecho a un poco de cariño o a que lo tengamos en cuenta. Por decirlo al estilo Shakespeare, si lo picas, ¿no sangra? Si le haces cosquillas, ¿no se ríe? Si decoras la casa con cariño, ¿por qué te olvidas del pasillo?
- La suciedad se transmitirá menos de una habitación a otra si tienes una alfombra que la frene que si no.
Las utilidades de las alfombras de pasillo
Teniendo en cuenta todo eso ya empezamos a tener claras las utilidades de las alfombras pasilleras. Pero aún hay más:
Funcionan como un complejo vitamínico y revitalizante, pero sin pastillas. Como una de esas bebidas que te dan alas, solo que sin volar, que para una alfombra como que no, que son más de estar en el suelo.
Son un revulsivo, como esas broncas que echan los entrenadores a los jugadores en el descanso cuando el equipo va perdiendo y que hacen que salgan al campo mordiendo a todo lo que se mueva y dando la vuelta al marcador.
Las alfombras en general, y las de pasillo en particular, tienen una peculiar función de iluminadoras (recordar lo que mencionamos anteriormente del pasillo como lugar oscuro por definición).
Por ejemplo, una alfombra en tonos claros en un pasillo oscuro o mal iluminado puede hacer que parezca que hemos encendido la luz, pero sin subir la factura. Lo que le hubiera gustado a Goethe en su lecho de muerte («luz, más luz» dicen que dijo).
Aunque el pasillo no necesite luz, la función de la alfombra pasillera como generadora de contrastes es interesantísima y puede aportar mucho a la decoración.
Si sabemos buscar una alfombra cuyos tonos, colores o intensidad de color hagan un buen contraste con el suelo, tendrás un ambiente en el que ambos elementos, suelo y alfombra se reaviven mutuamente. Es lo que se llama un win-win: un ejemplo arquetípico de que el conjunto es mejor que la suma de cada parte por separado.
Especialmente si tenemos en cuenta al diseñar la alfombra, de dejar el espacio adecuado tanto en los laterales como en los fondos, para que el suelo se vea y ‘respire’ visualmente, encuadrando la alfombra. No debemos llenar excesivamente hasta los zócalos, sino buscar una composición equilibrada suelo-alfombra.
¿Por qué las alfombras pasilleras vinílicas son la combinación imbatible?
Combinaciones imbatibles ha habido muchas en la historia de la Humanidad. El Gordo y el Flaco, las fresas y la nata, Thelma & Louise, el lacón y los grelos, Ortega y Gasset…
Tal vez la combinación de las alfombras de pasillo y las de vinilo no vaya a ser tan famosa como las anteriores, pero os aseguramos que tiene madera para que, al modo de Casablanca, sea por lo menos el comienzo de una gran amistad.
Las alfombras vinílicas tienen muchas cualidades y virtudes, pero muy específicamente destacan en todos los requisitos que se le piden a las alfombras de pasillo, tal como antes las definimos. Es decir:
- Altísima resistencia a la pisada y al desgaste.
- Finura extrema (3 mm de grosor).
- Estancas e impermeables (en caso de derrame de líquidos no llegan al suelo).
- Superficie lisa (tejido muy fino).
- Máxima facilidad de limpieza (incluso con fregona).
- Duración prácticamente ilimitada.
- Base de goma (no se mueven).
- Corte a la medida.
Con estos mimbres ya habréis entendido que es muy fácil hacer un cesto (y el refrán dice, quien hace un cesto, hace ciento).
No necesitamos cien alfombras de pasillo, sino que una sola alfombra pasillera vinílica nos servirá para revitalizar nuestro pasillo, dar nueva vida a una zona muchas veces marginal y apreciar las virtudes prácticas de estas alfombras.
Ojo: vinilo tejido, no pvc compacto
Es importante aclarar que las alfombras vinílicas más indicadas para pasillo deben ser de vinilo tejido o trenzado, es decir, alfombras con trama, hechas en telar. No confundir con las alfombras de pvc compacto, que son como finas láminas fabricadas por extrusión, de superficie completamente lisa, sin trama ni tejido.
Las alfombras tejidas no sólamente aportan más calidez, textura, y carácter acogedor a la alfombra, sino que también aumentan su rigidez, peso, el aplomo y el cuerpo con el que se asientan en el suelo, además de ofrecer mucha más resistencia y durabilidad.
Y visualmente no tienen comparación, ya en una alfombra nada es comparable a la presencia de una trama tejida, por fina que sea, a la hora de aportar textura o grano. Como en estas alfombras la trama es muy fina no permite que se encastre la suciedad, con lo que tiene lo mejor de los dos mundos.